En estos tiempos que nos saturan con una cantidad abusiva de películas de capa y espada de temática fantástica y brujería fruto de la fiebre originada por el síndrome "El señor de los anillos", hizo que durante mucho tiempo me resignara a ver esta película. Fue un craso error por mi parte, pues la cinta tiene sus propias señas de identidad con una factura muy cuidada que hacen de que adquiera identidad propia.

La trama ya la hemos visto en otros films, pero es lo de menos, basado en un argumento de George Lucas, la película nos sitúa en un mundo fantástico dominado por una malvada bruja que busca incansablemente a un bebé que tiene el suficiente poder como para destruirla. La pequeña será protegida por todo un plantel de habitantes de ese mundo pertenecientes a diversas especies. Resulta divertido ver a Val Kilmer en este tipo de papeles, donde se resalta la figura del guerrero y héroe espadachín, pero si realmente hay un personaje de los más entrañable e inolvidable es el de Warwick Davis, que consigue la empatía del espectador des del primer minuto.

Pese a estar dirigida por Ron Howard, director de dudoso talento, a mí gusto, tenemos un trabajo muy redondo y que vale la pena de ver por la calidad que desprende antes que ver tantos Potters, Narnias, o Brújulas doradas que carecen de personalidad frente a esta gran obra. Mención especial a la increíble y maravillosa banda sonora, que nos cautivará por su extraordinaria belleza y épica. Podemos decir que esta película guarda la mísma relación que las películas que nos acosan actualmente en cada época navideña, pero ésta tiene sus propios rasgos y personalidad para destacar. Muy recomendable película familiar que nos traslada a un fantástico mundo de evasión.