Pocas veces un drama resulta tan cómico como "Rain man". Cierto es que se trata de una película dramática por su temática, acercándonos al mundo propio de los autistas. Pero es que tampoco puedes dejar de reír en más de un momento por las ocurrencias y monólogos repetitivos de Raymond. Al principio resulta algo "plasta" y crees que te va a volver loco como a su hermano Charlie. Sin embargo, conforme avanza el mutuo conocimiento entre ambos personajes, sus frases típicas resultan graciosas e incluso se apoderan de tu mente.
La interpretación de Dustin Hoffman no tiene calificativos, probablemente es la mejor suya y una de las más aclamadas de la historia del cine. Merecido el Oscar, porque realmente parece deficiente y, al mismo tiempo, rutinario y extremadamente inteligente. Una combinación atractiva para un papel complejo, que consigue engancharte a comprender su universo sencillo y monótono. No obstante, aunque Hoffman carga con el peso de la película, también es de destacar el trabajo de Tom Cruise en ese rol de joven egocéntrico y ambicioso, que sólo anhela el triunfo siempre. Valeria Golino, como siempre, bellísima.
Cuando creí que se me hacía larga, ¡sorpresa, faltaban sólo diez minutos! Lo cual es de alabar para una película de estas características.