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Voto de rellampec:
9
7,9
103.633
Ciencia ficción. Drama. Aventuras
Al ver que la vida en la Tierra está llegando a su fin, un grupo de exploradores dirigidos por el piloto Cooper (McConaughey) y la científica Amelia (Hathaway) emprende una misión que puede ser la más importante de la historia de la humanidad: viajar más allá de nuestra galaxia para descubrir algún planeta en otra que pueda garantizar el futuro de la raza humana. (FILMAFFINITY)
12 de noviembre de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película muy completa sobre la teoría de la relatividad, los efectos en el tiempo de viajar a la velocidad de la luz y la gravitación. A diferencia de otras entregas de este género, la producción de Nolan consigue otorgar un realismo más cercano al espectador en el conjunto de la obra.
El guion consigue combinar elementos de la física con la "naturaleza" del ser humano en una trama que mantiene en vilo al espectador. Nolan desarrolló las partes más técnicas del guion con el físico teórico Dr. Kip Thorne, haciendo que gran parte de los detalles de la película dispongan de fidelidad científica.
Los cambios de ritmo entre acción, suspense, amor y reflexión conducen a través de un túnel de incertidumbre que va aumentando con cada suceso, postergando lo inevitable hasta el límite de la desesperación.
No obstante y en relación a la trama, es comprensible que ciertas partes del guion hayan despertado un espíritu crítico de desazón, pues aunque para los detalles técnicos, Nolan, ciertamente consultó a un experto, para ciertos detalles del desenlace, parecería que también debiera de haberlo hecho. En este caso, en lo que concierne al criterio del espectador en relación a la lógica que rige las decisiones del ser humano en situaciones críticas.
Lo irracional no siempre sirve al pretexto de usar unos desencadenantes adversos al transcurso de una misión ya de por sí de infarto, aunque dichas adversidades sirvan para mantener al espectador en tensión y conservar el ritmo con el que se desarrolla el film.
El guion consigue combinar elementos de la física con la "naturaleza" del ser humano en una trama que mantiene en vilo al espectador. Nolan desarrolló las partes más técnicas del guion con el físico teórico Dr. Kip Thorne, haciendo que gran parte de los detalles de la película dispongan de fidelidad científica.
Los cambios de ritmo entre acción, suspense, amor y reflexión conducen a través de un túnel de incertidumbre que va aumentando con cada suceso, postergando lo inevitable hasta el límite de la desesperación.
No obstante y en relación a la trama, es comprensible que ciertas partes del guion hayan despertado un espíritu crítico de desazón, pues aunque para los detalles técnicos, Nolan, ciertamente consultó a un experto, para ciertos detalles del desenlace, parecería que también debiera de haberlo hecho. En este caso, en lo que concierne al criterio del espectador en relación a la lógica que rige las decisiones del ser humano en situaciones críticas.
Lo irracional no siempre sirve al pretexto de usar unos desencadenantes adversos al transcurso de una misión ya de por sí de infarto, aunque dichas adversidades sirvan para mantener al espectador en tensión y conservar el ritmo con el que se desarrolla el film.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El Dr. Mann (Matt Damon), después de unos años crionizado a la espera de que lo rescaten, quiere volver a la Tierra y morir allí (y por eso decide matar a los nuevos compañeros que lo han rescatado y quedarse con su nave espacial). Y esto, aun sabiendo que los habitantes de la Tierra habrán muerto antes de que él llegue allí (por lo que moriría igualmente solo en caso de llegar), aun teniendo tres nuevos compañeros que lo han rescatado (compañía con la que no morir solo), y aun habiendo dicho él mismo que no hay posibilidad de volver a la Tierra.
Se comprende que el Dr. Mann (Matt Damon) mintiera diciendo que el planeta era habitable y así ser rescatado (¿quién no lo haría?). Pero una vez llegan, pues ser honesto y sincero, explicar lo qué pasó y persuadir desde la parte positiva (mejor 4 que solo 3 astronautas), y decidir entre todos qué se va a hacer y que cada cual tire por su camino (si es que es tan fácil).
En este punto del film, además, hay varios errores de cierta notoriedad que desenmascaran o bien una forma rápida de terminar el guion o bien una falta de ideas que sorprende: (a) cuando el Dr Mann (Matt Damon) rompe el cristal del casco de Cooper (Matthew McConaughey) de un cabezazo (el plexiglás es irrompible; no es cristal), (b) cuando el Dr. Mann abre la compuerta de la Endurance ignorando el aviso de mal acoplamiento y provocando así la despresurización y destrucción de la nave y parte de la Endurance (esto nunca lo hubiera hecho; no quería morir), (c) cuando Romilly (David Gyasi) está arreglando el robot y se produce una explosión en la que muere (Amelia Brand -Anne Hathaway-, sabía de este peligro tras enterarse que el Dr. Mann había mentido), (d) cuando el Dr. Mann le quita el transmisor de comunicaciones a Cooper como un simple dispositivo USB (algo desprotegido, ¿no?), y finalmente (e) cuando el Dr. Mann decide matarlos a todos en vez de simplemente apuntarse a la propuesta de Cooper de volver a la Tierra (pues Cooper quería volver a ver a su familia).
La simultaneidad con la que dichos hechos pasan de manera paralela a otros en la Tierra (la hija de Cooper, Murphy - Jessica Chastain - a punto de descubrir quién era realmente el fantasma de su habitación) sirve al propósito de crear en el espectador la percepción de que el amor es una conexión que traviesa el espacio y el tiempo (en este caso, la conexión entre Cooper y su hija Murphy).
Pero, aunque es difícil llevar a escena semejante paralelismo y Nolan lo consigue muy bien, "lo cortés no quita lo valiente". Y pudiendo haber sido una película de maestría indiscutible, con los despropósitos del Dr. Mann, el director gasta casi todo el capital de credibilidad que se había ganado durante la introducción y nudo de la trama.
Si no fuera por el absurdo inicio del desenlace con el Dr. Mann (comentado sobre estas líneas), los detalles que quedan al aire (y que toda buena película tiene) alimentarían un suspense que otorga a la película ese tono de misterio que da a elegir entre distintas opciones, invitando al espectador a colaborar con su imaginación (estimulando así su simpatía y curiosidad por saber más).
Sin embargo, después de lo acontecido con el Dr. Mann, el espectador ya no indagará tanto en estos detalles. Motivado por respetar el estatus y reconocimiento del que debería gozar la producción de un film de esta magnitud, el espectador querrá solucionar primero lo del Dr. Mann, para poder pasar luego a esos otros detalles que hacen trascender el film. Pero si Nolan no se explica, parece imposible que el espectador pueda llegar por si solo a ver alguna luz en este Agujero Negro de despropósitos que Nolan ha creado en su propio film.
Este punto parece que nunca quedará resuelto; a no ser, claro está, que, tal como pasa en la película, el amor nos conecte a través de ese espacio sin tiempo en el que finalmente comprenderemos que la perfección también depende de nuestro criterio como observadores.
Se comprende que el Dr. Mann (Matt Damon) mintiera diciendo que el planeta era habitable y así ser rescatado (¿quién no lo haría?). Pero una vez llegan, pues ser honesto y sincero, explicar lo qué pasó y persuadir desde la parte positiva (mejor 4 que solo 3 astronautas), y decidir entre todos qué se va a hacer y que cada cual tire por su camino (si es que es tan fácil).
En este punto del film, además, hay varios errores de cierta notoriedad que desenmascaran o bien una forma rápida de terminar el guion o bien una falta de ideas que sorprende: (a) cuando el Dr Mann (Matt Damon) rompe el cristal del casco de Cooper (Matthew McConaughey) de un cabezazo (el plexiglás es irrompible; no es cristal), (b) cuando el Dr. Mann abre la compuerta de la Endurance ignorando el aviso de mal acoplamiento y provocando así la despresurización y destrucción de la nave y parte de la Endurance (esto nunca lo hubiera hecho; no quería morir), (c) cuando Romilly (David Gyasi) está arreglando el robot y se produce una explosión en la que muere (Amelia Brand -Anne Hathaway-, sabía de este peligro tras enterarse que el Dr. Mann había mentido), (d) cuando el Dr. Mann le quita el transmisor de comunicaciones a Cooper como un simple dispositivo USB (algo desprotegido, ¿no?), y finalmente (e) cuando el Dr. Mann decide matarlos a todos en vez de simplemente apuntarse a la propuesta de Cooper de volver a la Tierra (pues Cooper quería volver a ver a su familia).
La simultaneidad con la que dichos hechos pasan de manera paralela a otros en la Tierra (la hija de Cooper, Murphy - Jessica Chastain - a punto de descubrir quién era realmente el fantasma de su habitación) sirve al propósito de crear en el espectador la percepción de que el amor es una conexión que traviesa el espacio y el tiempo (en este caso, la conexión entre Cooper y su hija Murphy).
Pero, aunque es difícil llevar a escena semejante paralelismo y Nolan lo consigue muy bien, "lo cortés no quita lo valiente". Y pudiendo haber sido una película de maestría indiscutible, con los despropósitos del Dr. Mann, el director gasta casi todo el capital de credibilidad que se había ganado durante la introducción y nudo de la trama.
Si no fuera por el absurdo inicio del desenlace con el Dr. Mann (comentado sobre estas líneas), los detalles que quedan al aire (y que toda buena película tiene) alimentarían un suspense que otorga a la película ese tono de misterio que da a elegir entre distintas opciones, invitando al espectador a colaborar con su imaginación (estimulando así su simpatía y curiosidad por saber más).
Sin embargo, después de lo acontecido con el Dr. Mann, el espectador ya no indagará tanto en estos detalles. Motivado por respetar el estatus y reconocimiento del que debería gozar la producción de un film de esta magnitud, el espectador querrá solucionar primero lo del Dr. Mann, para poder pasar luego a esos otros detalles que hacen trascender el film. Pero si Nolan no se explica, parece imposible que el espectador pueda llegar por si solo a ver alguna luz en este Agujero Negro de despropósitos que Nolan ha creado en su propio film.
Este punto parece que nunca quedará resuelto; a no ser, claro está, que, tal como pasa en la película, el amor nos conecte a través de ese espacio sin tiempo en el que finalmente comprenderemos que la perfección también depende de nuestro criterio como observadores.