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Voto de David_Holm:
10
Terror Año 1838. En la ciudad de Wisborg viven felices el joven Hutter y su mujer Ellen, hasta que el oscuro agente inmobiliario Knock decide enviar a Hutter a Transilvania para cerrar un negocio con el conde Orlok. Se trata de la venta de una finca de Wisborg, que linda con la casa de Hutter. Durante el largo viaje, Hutter pernocta en una posada, donde ojea un viejo tratado sobre vampiros que encuentra en su habitación. Una vez en el ... [+]
5 de abril de 2009
50 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nosferatu fue víctima de los formatos y su negligente utilización durante estos 87 años transcurridos desde su estreno. Que si velocidades de reproducción inadecuadas (movimiento entre acelerado y muy acelerado), que si supresión de los tintados (con una importancia capital en el desarrollo de la historia por su vínculo con la iluminación, perfectamente explicados por el propio film durante el viaje de Hutter desde Wisborg hasta el castillo de Orlok), que si bandas sonoras a cada cual más estridente (todas ellas ajenas a la partitura original de Hans Erdmann, sólo interpretada en la ultimísima restauración), que si el autoengaño de Patalas manteniendo los intertítulos mucho más tiempo que en el original entorpeciendo así el ritmo del film, en un intento de simular completa una copia con metraje (no demasiado) irremisiblemente perdido; que si... Repasen ahora el resto de críticas fijándose en cuánta culpa tuvo realmente el Nosferatu de Murnau en las malas experiencias con el film y cuánta los pésimos trabajos de restauración y proyección. Es el momento de darle una nueva oportunidad aprovechando el gran trabajo de restauración de Luciano Berriatúa para el F. W. Murnau-Stiftung, solucionando los errores pasados de otros (aunque lamentablemente añadiera una incomprensible equivocación en el tintado de una secuencia de cierta importancia).

Hecha la puntualización, centrémonos en el propio film, dejemos de lado los ampliamente mentados derechos de autor y cualquier relación con el ocultismo y las múltiples leyendas que circulan (Grau, Prana Films, los rosacruces, Murnau bajo el seudónimo Max Schreck, el propio Schreck como vampiro también detrás de las cámaras...).

En Nosferatu, Murnau experimenta con un encuadre y una composición típicamente pictóricos. Bebe de las fuentes de la pintura romántica alemana (Friedrich, Carus, Kersting...), mucho más allá de su típica utilización para ambientar las películas de época. Existe una constante contribución de esta corriente pictórica al más fabuloso de los logros de Nosferatu, su atmósfera (búsquese el cuadro Der elegante Leser de Kersting y compárese con la escena en la que Harding escribe en su despacho). Una atmósfera fácilmente perceptible, pero difícilmente transportable a estas líneas, parece trascender al propio sentido de la vista, impregnando la experiencia de su visionado de un profundo olor a Cine. La cámara de F. A. Wagner permanece intencionadamente fija en la mayoría de secuencias, se hace una magistral utilización del claroscuro y el sobreencuadre, el cine se aleja del teatro para acercarse a la pintura, para evocar emociones con la utilización exclusiva de la imagen, unas olas, árboles, el cielo... retratos aparentemente naturalistas, son capaces de generar en el espectador un desasosiego que difícilmente lograrían escenas de terror explícito.

Cada vez que veo Nosferatu no se excitan únicamente mis fotorreceptores, abro las fosas nasales y me pregunto: “¿Qué es ese olor?”.
David_Holm
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