Para realizar su primera película sonora "M, el vampiro de Düsseldorf", Fritz Lang se inspiró en el caso Kuerten, que asesinó a varias niños en la ciudad de Düsseldorf. Lang de inmediato comenzó un proyecto de investigación sobre el asesinato de la niña, la investigación policial, la búsqueda de los culpables y el final de gran fuerza dramática, todo es analizado y diseccionado con la precisión de un bisturí. Pero "M, el vampiro de Düsseldorf" sería diferente sin la presencia del inolvidable Peter Lorre, debutante en el cine y que siempre sera recordado por esta colosal interpretacion cargada de emociones, que encuentran su colofón en el gran discurso final. La película presenta un reflejo notable de la legitimidad y los límites de la justicia humana, con la que Lang, consigue crear una atmósfera opresiva y oscura, que alcanza el clima de miedo acentuado por las muchas escenas rodadas en la oscuridad y los nuevos recursos otorgados por la banda sonora. Así todo el mundo podrá recordar el siniestro silbido de Becker, un fragmento de Peer Gynt (En la gruta del rey de la montaña), de Edvard Grieg. La puesta en escena en sublime y utilización del espacio de Fritz Lang era adelantado a su época, con el expresionismo alemán presente en la luz y el paisaje. Una película mítica que gana con cada visionado.