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Voto de Melón tajá en mano:
10
Drama Joseph (Peter Mullan), un viudo alcohólico, violento y autodestructivo, encuentra una esperanza de redención en Hannah (Olivia Colman), una mujer muy religiosa a la que conoce a raíz de un altercado. Al principio Joseph se burla de su fe y da por supuesto que su vida de creyente debe de ser muy apacible, pero pronto descubre que, por el contrario, está llena de dolor y confusión. A medida que su relación se consolida, ambos se dan ... [+]
5 de febrero de 2012
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
De pequeño tuve la inmensa fortuna de disfrutar ‘Jurassic Park’ en el cine. No recuerdo quién me acompañaba, sólo tenía ojos y atención para una película donde cada escena superaba a la anterior. Como a casi todos, el ojo del tiranosaurio quedaría grabado para siempre en el mismo centro del cráneo.

Pasan los años y, al igual que los dinosaurios, muchos recuerdos se van extinguiendo en el imaginario cinematográfico individual. Lógico: las imágenes se reciclan en función del espacio en el intelecto. No nos gustan las mismas películas a los cuarenta que a los veinte, por mucho cariño que conservemos hacia ellas.

Otra cosa son las películas que cazan nuestro corazón una vez alcanzada la (supuesta) madurez. Son esas que llegan para quedarse. Ya no hay marcha atrás. Imposible deshacerse de ellas. Han sacado plaza fija en la memoria sin oposición.

‘Tyrannosaur’ (‘Redención’) camina suave pero firme. Sus pisadas suenan más fuertes a medida que avanzan los minutos de película. Provoca miedo, pánico, ternura e incertidumbre a partes iguales. Su rumbo es impredecible como el del propio dinosaurio y nos mantiene alerta plano a plano. No hay manera de abordarla y nuestras armas de defensa resultan completamente inútiles.

No hay concesiones, regalos ni excesos en el primer largometraje del director británico Paddy Considine, responsable también de este guión, uno de los más precisos que se hayan escrito hasta ahora en el cine europeo. El background y el presente de los protagonistas de este filme quedan perfectamente entrelazados en una trama de actos invisibles a priori. Guiones así son los que elevan el cine a la categoría máxima de las artes.

El reparto trabaja sin necesidad de arneses a una altura imprudente. No es sólo que Peter Mullan y Olivia Colman estén seguros y tranquilos en sus respectivos perfiles, es que además trasmiten el grado más alto de verdad y logran que olvidemos lo que pasa ahí fuera. El mundo se reduce a la sala de cine donde estamos. No hay más. Imposible.

Mucho ojo y todavía más atención que de costumbre: ‘Tyranossaur’ es un drama brutal e intratable que no esconde letra pequeña ni fecha de caducidad. Su sinceridad radica en su cercanía. Aún no se han inventado premios capaces de abarcar todas las virtudes de una obra que, más que una película, es un monstruo despiadado, un monumento contra el sufrimiento y un gigante que pasa por encima de personas tan insignificantes como tú y como yo.
Melón tajá en mano
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