Película que tenía absolutamente todo para haber sido una comedia romántica por todo lo alto.

Tenía el cielo de la Toscana, los caminos empedrados de la Toscana, los rayos del sol de cuentos de hadas que por la tarde se filtran a través de los postigos y las ventanas, atardeceres infinitos llenos de luz y vida, magia, misterio en el contexto y una fotografía envidiable.

Un cast más que generoso y un guión pésimo para el dulce propósito para el que esta película iba a ser consagrada, para el que debía de ser consagrada: el de una comedia llena de esperanza, de luz o bien como todas las comedias dotadas de cierto encanto al menos.

Diane Lane no es Audgrey Hepburn eso lo sabemos todos, pero por lo menos podía haber dado algo de vida a la película, en vez de hundirla cada vez más. Lo malo del "Sol en la toscana" es que todo su patio de recreo se reduce a la vida amorosa y sexual de una divorciada resentida.

Es anodina, incapaz de hilar una frase tras otra con coherencia, dada su soledad.

Entre los monosílabos de la protagonista se mueve el resto de personajes secundarios pero con unos trabajos y diálogos más elaborados que los de la misma protagonista, una cincuentona carente de la más mínima chispa de carisma: baste ver a la actriz que al igual que Anita Eckbert quiere morir de amor en esa fuente del pueblo. El resto son personajes entrañables: la amiga o el novio que no van a aportar mucho más en una historia que se antoja demasiado facilona y aburrida. La película es mi opinión muy larga y dada en su mayoría para el elogio de muy pocos.

No logra transmitir ni una sensación. Todo se reduce a la decepción, a la amargura que inunda la realidad al igual que la fición. Para un público muy optimista no es. Las historias de amor son....ah ¿pero había historias de amor aquí?