Y es que tras una gran racha de películas gore como el remake de "Posesión Infernal" pasando por la fallida "The Purge", ahora llega una cinta de terror clásico que nos proporciona casi dos horas de entretenimiento y algún que otro mal trago.
Partiendo de una trama liderada por dos demonólogos nos llega a una historia que, no es la más original del mundo pero a diferencia de otras muchas películas, sí que capta nuestro interés y nos pone en situaciones verdaderamente tensas.
La película tiene a su favor varios puntos: el primero el reparto, con unas actuaciones increíbles en las que destacan Lili Taylor y Vera Farmiga. El segundo, la cámara y la escenografía, impecable. Por último, la banda sonora y los efectos especiales, que no es que se vayan a llevar ningún premio, pero no se pueden pasar por alto.
Igual que tiene cosas buenas, también existen otras que frenan lo que podría haber sido un auge completo, y es que la película no es para nada perfecta: en primer lugar no me gustó que mezclasen demasiadas historias en el mismo argumento, realentiza el ritmo y no tiene nada más que contarnos, tanto como la historia de la muñeca Anabelle que solo sirve para poner los pelos de punta al comienzo, como demás exorcismos que tratan de usarse como lazo de unión. También existen demasiados personajes, alguna de las niñas sobra completamente y los ayudantes de los Warren solo hacen que los espacios estén más llenos y por lo tanto exista menor sensación de efecto sorpresa... El final tampoco me pareció el más apropiado aunque está bien resuelto y no es un "Devil Inside", que es la mayor tomadura de pelo de todos los tiempos.
En definitiva, no defrauda pero no sobrepasa las expectativas que le había puesto, sobre todo al leer críticas con 10/10 en los periódicos, que me parecían impresionantes para ser una película de terror. Ah, NO VEAN LOS TRAILERS, lo único que hacen es destripar momentazos increíbles y desvelar sustos que, por ti mismo no te esperarías. Un saludo.