Creo que ésta es la película que he visto más cercana a las grandes comedias del cine americano de los años cuarenta, eso sí, con un argumento muy actualizado.
Aparte de sus muchas virtudes, cuenta con un gran guión y una gran protagonista como es Julia Roberts, pasando con habilidad del romanticismo a la comedia, coma se hacía en el cine clásico.

Si hay una secuencia que merece pasar a la historia del cine es aquélla en la que un genial Rupert Everett cuenta en la mesa de un restaurante como conoció al personaje interpretado por Julia Roberts y relata el caso de un amigo que se creía Dionne Warwick; en un determinado momento empieza a cantar...