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España España · Madrid
Voto de Pedro:
7
Drama Álex y Virginia compran un piso, sobre plano, en las afueras de una gran ciudad porque no pueden permitirse grandes lujos. Con sus ahorros pagan la entrada y aceptan una hipoteca a 40 años. Cuando sólo faltan unos meses para la entrega de la vivienda, el edificio aún está sin terminar. Un día, inesperadamente, precintan la zona y paran las obras. Los compradores forman una plataforma de protesta y denuncian a la constructora. Así es ... [+]
11 de noviembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hermanos Remón en la escritura y Max Lemcke en la realización vuelven a ir de la mano en este tercer largo del director. Tras un modesto resultado que no estaba a la altura del solvente reparto en "Casual Day", ahora a la tercera va la vencida. En esta ocasión gracias fundamentalmente a un guión fresco y ágil que sabe combinar tres estilos en uno (drama, denuncia social y toque de thriller), fluyendo allá donde parecía empantanarse su antecesora.

La película es por una parte un drama que mezcla la tragedia personal de sus protagonistas, Álex y Virginia interpretados por Fernando Tejero y Malena Alterio con una naturalidad que hace que los espectadores respiren la desesperación a la que llegan, y la denuncia social que nos resume la especulación, corrupción inmobiliaria, tejemanejes políticos, judiciales y burocráticos de fondo, acercándola a los principales perjudicados -las personas que ven cómo se juega con sus sueños, su dinero y su vida- resultando tan demoledora que llega a ser otro motivo más de indignación en los tiempos que corren.

Por otro lado, tenemos un componente algo atenuado pero bastante sutil de thriller -thriller urbanístico me atrevería yo a bautizar-, sobre todo en este caso además de mérito del guión, de la planificación de dirección, del ritmo en las secuencias así como de las composiciones de plano (lograda toma por ejemplo esa de dos de los personajes clave subiendo a contraluz en el atardecer las escaleras de la obra). De ese modo se crea tensión ante la situación de un protagonista convertido en una olla a presión al que la acumulación de circunstancias sobrevenidas de modo hábilmente dosificado -sin prisa pero sin pausa-, van dejando sin salida, apuntando a una resolución que se prevé con fuerza y mantiene la expectación y en cierto modo la intriga.

Reseñables son las aportaciones de Manuel Morón y Emilio Gutiérrez Caba, cuyos personajes llegan a ser realmente odiosos -tal cual requiere su papel-, convirtiendo la historia en su relación con Álex en un sarcasmo tan irónico como cruel por su reflejo de una realidad que también está ahí en nuestra sociedad de hoy.

El final podría verse de modo ambiguo, me gusta creer que posiblemente buscado así adrede, y eso le dota en mi opinión de mayor originalidad, pues puede interpretarse como desenlace de un futuro feliz, o como desenlace impregnado de ese mismo cruel sarcasmo que también invade el filme en su última parte (* ver spoiler).

Probablemente la historia parezca llevada al límite, algo más allá de lo creíble, pero también muchas vidas reales son y están siendo llevadas al límite, tan al límite que muchas veces a uno quizás Álex llegue a parecerle más héroe que antihéroe. Esa será nuestra cuestión.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pedro
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