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España España · Madrid
Voto de Pedro:
8
Comedia. Drama En Nueva York, dos matrimonios se reúnen, en principio de manera civilizada, para hablar de la reciente pelea que han tenido sus hijos en un parque. Pero el encuentro se complicará hasta límites insospechados... Adaptación de la obra teatral homónima de la autora francesa Yasmina Reza. (FILMAFFINITY)
9 de enero de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es imposible tratar "Un dios salvaje" sin aludir al texto que la sustenta. Esta pieza de la dramaturga francesa Yasmina Reza -ganadora del premio Molière con "Conversaciones tras un entierro", "La travesía del invierno" y "Arte"- reportó como sus antecesoras múltiples reconocimientos allá donde fue representada. Todo ello gracias a la fuerza propia de la autora, que con mordacidad a la par que sencillez disecciona en poco más de una hora de tiempo real a dos parejas representativas de la actual clase media occidental. Dejando así al descubierto sus contradicciones, sus hipocresías, sus máscaras..., que cuando caen muestran con sorna caricaturesca múltiples realidades que se ocultan detrás, curiosamente descubriendo que quienes van menos de frente no son más inocentes sino quizás los que más tienen que esconder.

Yasmina firma junto a Polanski este guión fiel a su obra, siendo así prácticamente el filme más de ella que del director. Por eso podría quizás reprocharse con cierta razón que, aunque teatro del bueno, no deja de ser teatro filmado. Sólo dos tomas externas al piso donde se centra la acción, al comienzo y al final, contextualizan en imágenes lo originalmente en diálogos. No obstante, aunque Polanski parece diluido como si casi no desease que se notase su presencia, ahí está componiendo las escenas y dirigiendo a los actores con la solvencia que le caracteriza.

En esta obra, además del texto, los actores son esenciales. Cristoph Walt brilla a la altura de su magnífico coronel Landa en "Malditos Bastardos", bordando el personaje sarcástico, tan sin escrúpulos como sincero, que requiere Alan. Kate Winslet, ya lejos de su edulcorado rol en "Titanic", es la misma que encandila en "Revolutionary Road" o "The reader", manejando a la perfección la transición entre Nancy reprimida por las convenciones sociales y la desinhibición ayudada por alguna que otra copa de alcohol. Al personaje de Penélope que interpreta Jodie Foster le toca quitarse la máscara de bondad, humanidad y perfección para dar paso en todo su dramatismo a la rabia que esconde dentro, y lo hace probablemente recuperando a una Jodie que no veíamos desde "Nell" o "El silencio de los corderos". Y finalmente, cierra el cuarteto John Reilly, secundario habitual menos reconocido que sus compañeros de reparto pero no por ello menos entregado en el papel de Michael, quien se muestra más templado y camaleónico a la hora de adaptarse a los demás.

"Le dieu du carnage", en realidad dios del exterminio más que dios salvaje, en manos de Polanski deja una secuencia final que abre a un futuro esperanzador con los protagonistas condenados a entenderse, al mostrarnos un tierno hámster y a los niños detonantes del argumento jugando; mientras la pieza original concluye más como un círculo vicioso, un encierro acorde a la frase en boca del personaje de Alan...

"Creo en un dios del exterminio. Es el único que gobierna, sin concesiones, desde la noche de los tiempos."
Pedro
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