Predestination (Predestination, 2014) es la última muestra de cine de ciencia ficción que parece no tomar por estúpido al espectador, como también lo fueron Source Code (Código Fuente, 2011), Looper (Looper, 2012) o Snow Piercer (Rompenieves, 2013). La película está dirigida por dos hermanos, Michael y Peter Spierig, quienes presentan con Predestination sus credenciales al mundo de Hollywood. No es la primera vez que estos dos cineastas habían trabajado dentro del cine de género, sino que ya tenían cierta experiencia.

Con Undead (Undead, 2003) pero sobre todo con Daybreakers (Daybreakers, 2009), el nombre de los dos cineastas salió a la palestra. Esta última película se trataba de un filme de terror (como lo era también Undead, aunque esta estuvo muy limitada por su bajo presupuesto), dentro del subgénero vampírico, pero que explotaba un corte futurista bastante interesante (la película se ubicaba en un futuro donde los vampiros habían controlado toda la sociedad, y los hombres estaban prácticamente extinguidos), que aparecería también en Predestination. El filme optaba por una estética totalmente norteamericana, y de hecho contó con grandes estrellas en el reparto, como Ethan Hawke, Willem Defoe y Sam Neill.

Los dos cineastas vuelven a contar con Ethan Hawke para esta última película. En Predestination, Hawke es el absoluto protagonista (quienes la hayan visto lo entenderán). La película se centra en un argumento recurrente dentro de la ciencia ficción, como son los viajes en el tiempo. Tomando referentes como Twelve Monkeys (12 Monos, 1995), del que parece homenajear su final, la película nos presenta un futuro no muy lejano en el que el gobierno norteamericano ha sido capaz de inventar un artilugio que permite volver al pasado. El servicio secreto norteamericano lo utiliza para corregir errores, y Ethan Hawke es uno de estos agentes infiltrados que tiene la misión de destapar a un peligroso terrorista que ha cometido algunos atentados con millares de víctimas.

La película se divide claramente en tres partes, que no corresponden exactamente con la estructura del cine convencional (esta dicotomía se ve pefectamente en el filme, que por una parte quiere agradar a todos los espectadores y convertirse en un éxito de audiencia, aún a costa de sacrificar su valor, pero también encontramos una parte que pretenden diferenciarse de los demás filmes de ciencia ficción, manteniendo su propia esencia. En definitiva, la película se queda a caballo entre el cine comercial, que es su esencia principal, y el cine de autor, que queda diseminado en algunos aspectos menores). La primera de ellas es el gancho, que invita a los espectadores a entrar en la singularidad del filme. Además mantiene una de los guiños sobre el desarrollo argumental posterior, lo que hará que muchos espectadores vuelvan a recordar este inicio, tratando de entender lo que han visto en el final (la circularidad también está presente en la película).

En la segunda parte, la película alcanza sus cotas más altas, sorprendiendo a cada segundo. Seguramente porque Predestination se convierte en una película muy curiosa durante esta parte. Cuando el personaje interpretado por Sarah Snook llega a un bar donde se encuentra con el personaje interpretado por Ethan Hawke, lo último que esperamos es que mantengan un envite dialéctico de más de media hora de duración (cierto que la película recurre a Flashbacks para huir del lugar donde los dos personajes mantienen la conversación). La película recurre por momentos a la influencia de filmes como The Sleuth (La Huela, 1974), presentando casi un combate dialéctico (aunque no hay expresamente lucha, sino un ágil dialogo). El personaje femenino utiliza los recuerdos pasados y Predestination recurre al Flashback como una herramienta imprescindible con la que construir el relato.

Sin embargo, la originalidad de esta segunda parte del filme se va al traste con una última en la que lo previsible se encarga de destrozar el relato. El giro de guión se impone como la baza principal del filme, que se va preparando para asestar la jugada final. Jugada que por otra parte no resistiría un análisis serio, pues el guión se acaba embarrullando partiendo de una premisa que no deja de ser una paradoja un tanto absurda.

En realidad, el tema de la ciencia ficción es también un pretexto para desarrollar los temas que interesan a los hermanos Spierig. La película habla en profundidad de una romance bastante extraño y del drama personal que ha ocupado toda la vida de nuestra protagonista quien relata su vida. Las segundas oportunidades y la redención son apuntadas por los cineastas, quienes desarrollan la temática de una manera bastante singular, gracias a la extravagancia que les permite el propio guión del filme.

http://neokunst.wordpress.com/2014/12/01/predestination-2014/