La brigada del sombrero, como se conoció aquí en España, es de ese tipo de películas que se pusieron de moda en los noventa, a raíz del éxito de Los intocables de Eliott Ness en el año 1987. Un tipo de cine diferente, ambientado en los años 50, pero en lugar de verlo desde el punto de vista de la mafia, el cual ya estaba muy visto, se profundiza en esos grupos especiales de la policía, que bien podríamos describir como que actuaban al margen de la ley. Tipos elegantemente vestidos, bien peinados, con coches de época, pero al fin y al cabo policías violentos, sin don de gentes y con la premisa de golpear siempre primero. Así era la brigada.

Lee Tamahori nos trae una historia un poco rebuscada para la época la verdad, experimentos nucleares en campos militares. Esto conlleva a la aparición de un cadáver en un descampado donde se llevan a cabo unas obras. Pero no será un cadáver cualquiera, pertenece a una prostituta muy especial para ambos bandos, el de los buenos y el de los malos. Yo personalmente habría inclinado el argumento en otra dirección más acorde con los años que se vivían, así nos mezclaríamos más con contrabandistas, delincuentes, proxenetas, chulos y demás calaña y tendríamos más acción y peleas. Aquí no sucede eso precisamente, porque se conduce la historia hacia una investigación y a pesar de que está muy interesante y no aburre, le falta acción, que es lo que uno espera en este tipo de películas.

Las actuaciones están muy correctas, es una pena el corto papel de Jennifer Connelly (su peli más sensual sin dudas) y Melanie Griffith (injustificadas sus críticas). Nolte lleva el peso de la película con un personaje que le queda como un guante, Palminteri fuera de lo normal, interpreta a un tipo un tanto peculiar, grande hasta el final. Madsen y Penn casi de meros floreros, una pena la verdad no explotar más este elenco de artistas. Lo mismo podríamos decir de Malkovich y Baldwin.

La estética y la ambientación es perfecta. Las calles, los vehículos, los vestidos, la forma de vivir, el interior de las viviendas...es un viaje al pasado pero sin movernos de casa. La música ha estado genial en mi opinión, con esa fantástica melodía que suena regularmente cuando van en el vehículo de la brigada.

Lo que parecía un caso más, trajo trágicas consecuencias para muchos. Muy recomendable, sin llegar al nivel de la película de De Palma.