Tengo que reconocer que he sido siempre más de Zipi y Zape que de Mortadelo y Filemón, y hasta si se me apura más del botones Sacarino o de Carpanta, por no sobrevalorar más a Escobar que a Ibañez. Lo digo pero que conste que esto no influye en mi valoración de este film.

Estamos ante una obra que es una alarde técnico digno de mención, pero que adolece de un guión mejor armado y sólido. Se parte de un principio impactante, consistente en un sueño de Filemón y en donde el agente secreto es el héroe de la ciudad, sin duda es lo mejor de la obra; a partir de ahí se va sucediendo una serie de aventuras o más bien desventuras que tienen como nexo el hecho de que Filemón siempre sale malparado y magullado, aunque eso sí, con una increíble e inmediata capacidad de recuperación.

Lo de menos es que haya un lunático dispuesto a robar de forma permanente la caja fuerte de la TIA sin saberse muy bien por qué, o que las autoridades hayan soltado a un antiguo preso dispuesto a hacerle “aquello” a Filemón. Más o menos, siempre es lo mismo. Así que, para resumir, nos encontramos ante un largometraje que agradecería ser un poco menos largo y tener un poquito más de guión; sin por ello querer menoscabar su alarde técnico, como queda dicho.