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España España · Castellón
Voto de atticus:
9
Drama Walt Kowalski (Clint Eastwood), un veterano de la guerra de Corea (1950-1953), es un obrero jubilado del sector del automóvil que ha enviudado recientemente. Su máxima pasión es cuidar de su más preciado tesoro: un coche Gran Torino de 1972. Es un hombre inflexible y cascarrabias, al que le cuesta trabajo asimilar los cambios que se producen a su alrededor, especialmente la llegada de multitud de inmigrantes asiáticos a su barrio. Sin ... [+]
19 de marzo de 2009
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la carrera de Clint Eastwood podemos encontrar ciertas película, que además de tener un excelente valor cinematográfico hay ciertos elementos externos que favorecen y magnifican su obra. Es el caso de Sin Perdón, ese William Munny que podría ser cualquiera de los personajes que interpretó anteriormente o Million dollar baby donde un republicano convencido demostró que ciertas acciones no tienen nada que ver con la política o la religión. Con Gran Torino ocurre lo mismo, Eastwood que recoge premios y está muy bien considerado por crítica y público podría verse tentado de renegar de esos tipos duros que interpretó en la juventud, películas en algunos casos muy lamentables. Pero no, Eastwood decide para su despedida (aunque el lo niegue es más que posible que sea así) interpretar el papel de un jubilado con ecos de algunos de sus personajes anteriores.

La película huele a despedida, sino estuviera rodando actualmente El factor humano, daría la sensación que Eastwood hace un repaso de lo que ha sido su carrera en las dos horas de película. Por un lado, el arquetipo de que ha interpretado toda su vida, y por otro, como visor y narrador de los demonios que persiguen a los Estados Unidos (y al resto del mundo), en este caso: el racismo, la intolerancia, la soledad del anciano, pero también de las nuevas oportunidades que plantea la vida.

Gran Torino no supone una ruptura y una revolución en el cine. La mayor virtud radica en la sencillez y el clasicismo (que muchos intentan copiar) pero que a él le sale de forma natural.

Eastwood distrae, divierte, perturba e indigna a partes iguales, en una historia en la que él es el único protagonista de la cinta. En tiempos donde prima lo políticamente correcto y donde dar “matices” a los personajes parece la única premisa, Eastwood aboga por una película donde la diferenciación es clara entre buenos y malos, donde todo huele ha visto pero a nuevo, donde en manos de cualquier otro sería una historia aburrida y mil veces visto, sólo la presencia de Eastwood levanta y supera con creces las expectativas iniciales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
atticus
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