La historia es real, el guión está bien, los actores cumplen (Will Smith, Jon Voight, Jamie Foxx... están todos muy bien). ¿Por qué no nos parece creíble entonces? Porque se hace larga, en parte por la excesiva abundancia de escenas a "cámara lenta" al ritmo de la cancioncita de turno. Además, al principio se centra demasiado en aspectos religiosos y políticos, hasta tal punto que no terminas de creértelo: deberían haberlos dosificado mejor.

La caracterización de Jon Voight es cojonuda, el maquillaje podría haber estado nominado al Oscar fácilmente. La fotografía también.

Si no eres aficionado al boxeo no pasa nada porque no la veas.