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España España · Santander
Voto de burton:
10
Drama Ambientada en Marruecos, Túnez, México y Japón. Armados con un Winchester, dos muchachos marroquíes salen en busca del rebaño de cabras de la familia. En medio del silencio del desierto, deciden probar el rifle, sin conocer el alcance de la bala. En un instante, entran en colisión las vidas de cuatro grupos de personas que viven en tres continentes distintos. (FILMAFFINITY)
3 de enero de 2007
11 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
El brillante cineasta azteca de "21 gramos" y "Amores perros", sublime esteta de retratos al natural, brillante narrador del sentimiento del desarraigo, poeta melancólico de la imagen difusa, y sensacional exégeta del sonido desgarrador y profundo así como maestro indiscutible de la sincronización de historias en diferentes dimensiones espacio-tiempo, vuelve con esta maravillosa obra de reminiscencias bíblicas sobre la alegoría de la Torre de Babel.

El pecado del orgullo de los descendientes de Noé tuvo su origen en aquel propósito perfectamente descrito con aquellas palabras, ""hagámonos un nombre", unidos al margen de Dios.

Así se gestó el plan divino para la diversificación de las razas cuando según se nos narra en el Génesis bíblico, en la antigua ciudad de Babilonia yacía erguida la famosa torre de Babel, integrada por la humanidad al completo con el objeto de tocar el cielo...el hombre se separó de Dios y consecuentemente vino el castigo de la confusión a través de la distintas lenguas.

Esta alegoría bíblica sobre el pecado de la soberbia y la autosuficiencia personal al margen de Dios y de la religión, la encontró Iñárritu oportuna como título para su última obra a escasos días del estreno de la misma.

Según el cineasta azteca se quería poner de manifiesto cómo podemos trasladar lo macro en lo micro, y sobre todo cómo la única cosa capaz de volver a hacernos enteder son las desgracias, en cualquier parte y en cualquier momento.

Historias aparentemente aisladas en sitios y momentos concretos desencadenan un efecto mariposa capaz de provocar elementos colaterales en diferentes lugares. Lo mismo que ocurrió en sus dos anteriores obras.

La cámara del sabio cineasta mexicano describe con sordidez recalcitrante y sobria elegancia la tragedia de la vida y sus efectos colaterales, demostrándonos que pese a las evidentes distancias siderales interculturales, existe un elemento que actúa de nexo de unión; la desgracia.

Sabiamente fotografiada por el opaco visor de la cámara del habitual de Iñárritu, Rodrigo Prieto escenificando el conjunto con una imagen arenosa y pedregosa de un realismo dramático ensordecedor, y espectacularmente ambientada a cargo de su otro habitual Gustavo Santaolalla.

El resultado final es de un ritmo cadencioso y de una belleza plástica y poética comparable a obras de ascendencia oriental de la solera de Kurosawa ó del más reciente Wong Kar-Wai, y lejanamente evocadoras de los trabajos del Malick más divino.

Tres historias que no paran de entrecruzarse a lo largo de la trilogía, para llegar al punto unificador de intersección que dé sentido al conjunto.

Arrebatadora, profunda, fascinante, sorprendente, poéticamente desesperanzadora.

Es Iñárritu en toda su extensión, es arte en una palabra.

F A S C I N A N T E Y B R U T A L.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
burton
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