Confieso que me he enfrentado a "Dagon: la secta del mar" con ganas de cascarle convencido de que iba a ser una castaña, básicamente porque la vi hace ya unos cuantos años y no me dejó buen recuerdo. Sin embargo he de reconocer que pese a los prejuicios, su escaso presupuesto, algunas incongruencias, un poco de amateurismo y cierta cutrez, la película resiste. Incluso aspectos que parecen de entrada equivocados, como puede ser que el protagonista sea él y no ella, como mandan los cánones del género de terror, o las extrañas pesadillas del principio que se antojan un pegote, terminan siendo resueltos de forma convincente.

La presente es la adaptación de la novela H. P. Lovecraft "La sombra sobre Innsmouth", publicada en 1931. Es decir, que estamos ante uno de los genios de la literatura de ciencia ficción, qué digo, de la literatura en general, y aunque con toda seguridad la versión cinematográfica hubiera mejorado sustancialmente respetando la época, el contexto geográfico y hasta la trama de la obra original, Stuart Gordon sale airoso con esta historia, más que de miedo, que no lo da, alucinada y bizarra que capta bastante bien la atmósfera lovecraftiana. No es una gran película, tiene el aire del fanterror de serie B de los años 70, pero cumple.