Adaptación de la novela "Mi idolatrado hijo Sisí" (1953) de Miguel Delibes, uno de esos personajes que se ha hecho perdonar su adhesión al golpe militar de 1936, llegó a luchar de voluntario en la marina, proclamando su socialismo, eso sí, cristiano, en las décadas posteriores. En esta ocasión, en "Retrato de familia" parece alienarse a sí mismo, o bien de autobiográfico tiene poco, con un señor protagonista, un empresario burgués y "católico" a su modo, algo fresco, Cecilio Rubés (Antonio Ferrandis), que acaba abominando de una guerra civil con la que supuestamente nada tiene que ver. Pues querido, díselo a las izquierdas, que fueron las que la provocaron.

Sea como fuere, el largometraje se muestra lento pero sobre todo confuso. Por ejemplo, si el núcleo es la mala crianza del hijo, ésta se nos capa. De buenas a primeras aparece como un mal bicho, luego como un bohemio y por último como un blando. Muy mal. En realidad les interesa más el cabeza de familia, Cecilio, aunque no sepamos hacia dónde va. Lo que sí está claro es la intención de meter el dedo en el ojo a la derecha desde la primera escena en la que unos "fachas" de la CEDA revientan un acto de los frentepopulistas, pobrecitos, que buenos y pacíficos son ellos, aunque luego la propaganda progresista se hace más sutil. Una obra regular.