Ni James Bonds, ni Jasons Bournes. Cuando el género de espías andaba de capa caída llegó Brian De Palma para revitalizarlo en 1996 y de qué manera con "Misión Imposible". Un trabajo que encuentra el tono adecuado a este tipo de aventuras sin llegar a caer en lo ridículo como acaba haciendo 007, ni en lo fantasma como haría después el tal imitador Jason Bourne. Claro que del primero excluyo al Sean Connery del principio, a Timothy Dalton, a Daniel Craig, y claro está, "El mundo nunca es suficiente". Pero muchas son posteriores la que estamos comentando. En "Misión Imposible" tenemos sí, mensajes que se autodestruyen y el encanto de la vieja Europa, pero también una angustia trama en el que las cosas parecen tan claras como todo lo contrario. Hay quien dice que el guión es farragoso pero a mí me parece bastante bueno. Nada sobra y aunque al principio el espectador no sepa a que carta quedarse, las piezas encajan perfectamente en el puzle.

La película no sólo tuvo en 1996 un gran éxito de taquilla sino que volvió a colocar en primera fila a la estrella Tom Cruise en un papel a su medida. Más de una señora y señorita querrán ver "Misión imposible" sólo por él. Si hasta Vanessa Redgrave está encantada de la vida a su lado. Y claro nos dejó en la retina secuencias míticas en la historia del cine, especialmente la famosísima secuencia en la cámara de seguridad del cuartel general de la CIA. Pero también el trepidante final. Por cierto, muy buenos los efectos especiales, concretamente en el TGV. ¿Será porque no se ha empleado tecnología digital? A mí así me lo parece salvo quizás algún fondo. Quizás el único defecto de "Misión Imposible" es que tiene poca acción. Nos movemos en el juego del gato y el ratón pero tiros y pelas hay realmente pocas. No obstante, esto no es óbice para que hayas disfrutado de un entretenimiento inteligente, con suspense, intriga y tensión, todo con el estilo De Palma.