Películita infantil en general y en particular, para niñas. Se trata de la adaptación de la novela "El pequeño caballo blanco" (1946) de la escritora inglesa Elizabeth Goudge, un relato blando, de argumento lineal e hilvanado de modo primario, pero que se beneficia del encanto de la fantasía y el cine de época. Concretamente, aparece ambientada en la década de 1840, pero por la moda se ve que es posterior. De hecho la protagonista y su preceptora llevan trajes de 1880 si bien Sir Benjamin (Ioan Gruffudd) va más a su aire, con casacas de principios del XIX, por no hablar de Loveday (Natascha McElhone) que, además de ir descalza por ahí, como en contacto con la Naturaleza, va más de la Edad Media o Renacimiento.

En todo caso, a pesar de la variopinta caracterización, la historia mezcla aventura, amor y humor, todo muy suave, en un sustrato como de cuento de hadas. Resulta que sobre dos familias pese una maldición que Maria Merryweather (Dakota Blue Richards) intentará romper antes de que se ponga la última luna. A esto hay que añadir unas perlas mágicas, un libro especial y una ristra de animales, entre los que destacamos los unicornios, un perrazo, un conejo, un león negro, éste digital, un chivo, un erizo, un halcón y varios caballos. Por su parte, Dakota es muy niña, tendría 13 años, y además tampoco es que sea guapa, así que poco juego va a dar aunque lleve en la segunda parte unas pasables botas acordonadas.