Con el pretexto de que en 1986 iba a pasar el cometa Halley cerca de la órbita terrestre, cosa que tuvo bastante repercusión, me acuerdo de ello, algunos creadores decidieron apuntarse al carro adaptando la novela de Colin Wilson, "Vampiros del Espacio", pero con un tono más pulp. El resultado es un despiporre con muchos momentos delirantes. Casquería que parece de serie B pero que de hecho contó con un abultado presupuesto, lo que no impidió que sus efectos especiales, salvo alguna cosa concreta, hayan envejecido por completo, ni que "Lifeforce, fuerza vital" se diera un castañazo en las taquillas de cuidado. Los 25 millones invertidos ("Regreso al futuro", del mismo año, costó 19 millones) no llegaron a recaudar ni doce.

Mi veredicto es que, si tras las primeras impresiones, alguien pensaba que se iba a encontrar con algo parecido a "Alien" (1979), lo tiene claro, pese a que ambas comparten el mismo guionista, que es Dan O'Bannon. "Alien" sólo hay una. Bueno en este caso, dos, la 1979 y la de 1986. A mí esta película de Tobe Hooper me ha recordado a aquellas de terror del tardofranquismo, como las de Paul Naschy, si no fuera porque las españolas eran mejores, ni se permitían tanto desnudo de la tal Mathilda May, que parece que es el objetivo del largometraje, enseñar cuerpo. La trama va mutando de manera caótica para pasar de extraterrestres a vampiros y luego a zombis, mientras la búsqueda psíquica nos deja de piedra por su simpleza.