Para el que busque acción, estética, lucha y ritmo, no es su película (mejor El último samurai), el que quiera asomarse a una ventanita y observar plácidamente como transcurre la sencilla vida de un samurai con los problemas habituales de todos nosotros (con kokus en vez de euros) y empatizarse con él, disfrutará. A mi personalmente por momentos me enternece, y el protagonista me cautiva con su humildad y sacrificio, valores que desgraciadamente cada vez estan más a la baja, especialmente en el cine americano donde el icono del triunfador es vendido continuamente. El guión es un poco lento pero te va dando pequeños alicientes que hacen que te enganches para ver como se resuelven. Bonita película