Seis nominaciones a los Oscars obtuvo Atracción Fatal (1987), yéndose a casa de vacío con todo merecimiento. Se trata de un thriller que dirigió Adrian Lyne (nominado) con un éxito sin precedentes dentro del género al que pertenece, siendo ese 1987 la segunda película más taquillera del año -solo por detrás de Tres Hombres y un Bebé, que tiene tela, para que después se hable de lo bueno que era el cine ochentero-. Completan el trío protagónico dos actrices que fueron nominadas por la Academia, Glenn Close y Anne Archer.

Y de tríos va la película aunque no se lo monten entre ellos. El más listo es el personaje de Douglas, un tal Dan Gallagher, que le pone los cuernos a su mujer (Archer) con una compañera de trabajo (Close). Lo que no debía pasar de un rollo de fin de semana se complica porque ésta última no se conforma con ser una segundona, y trata de conquistar al prota pese a que está felizmente casado y con hija. Los métodos al principio son cariñosos, ante la poca efectividad del resultado se vuelve una zorra obsesiva y psicótica.

Inicio de la trilogía del sexo en la que participó Michael Douglas; las otras dos serían Instinto Básico (1992) y Acoso (1994). Es cierto que en las tres pilla cacho, pero es mucho más cierto que en las tres interpreta a personajes de pocas luces sometido a mujeres más listas que él. La de Atracción Fatal es una Glenn Close en plena forma, bordando un papel al extremo de la locura, una zorraca odiosa que se come en pantalla a cada actor/actriz con el/la que coincide. Si no fuera por ella el visionado de Atracción Fatal no valdría la pena.

Porque al fin y al cabo, se trata de la típica película que en la actualidad forma parte de la parrilla de las televisiones generales un fin de semana por la tarde -Multicine y todo eso-. La típica mujer despechada haciendo la vida imposible a una familia, no hay mucho que rascar en ello. Ni siquiera es la precursora de este tipo de cine, es calcada a una producción de los años setenta, Escalofrío en la Noche (1971), el debut tras las cámaras de Clint Eastwood.

Un apunte que no me gusta de Atracción Fatal. El personaje de Michael Douglas se va de rositas de Atracción Fatal cuandotiene actitudes igual de reprobables que las que comete su antagonista. No hubiera estado mal un final más aleccionador para ponerle en su sitio.