Juro que antes de ver la película solo me interesó por la sinopsis que relataba la búsqueda incesante del científico Eddie Jessup por otros estados de la conciencia humana; una vez vista, yo mismo me siento como si hubiese estado en ese tanque alucinando de las cosas que veía y jugando con mi vida por el bien del avance científico. Creo que este filme será lo más parecido a drogarme.

¿Es por eso una gran película? Tampoco es para tanto. Lo que es indudable es que el realizador inglés Ken Russell puso todo de su parte para que fuese una experiencia inolvidable o que tardase mucho tiempo en pasar al olvido porque 'Un viaje alucinante al fondo de la mente' es, sobre todo, una experiencia, alucinante (como índica su título en castellano) y alucinógena. Como si me hubiese metido un gran chute de cualquier droga psicotrópica y estuviese viendo unicornios azules mientras voy volando por el espacio y saludando a extraterrestres.

William Hurt debutó en el mundo del cine con este proyecto y hay que reconocerle el mérito de tener las pelotas de empezar con una película que bien podría haberle costado toda o buena parte de su carrera si público y crítica la hubiera cogido con el pie izquierdo por sus imágenes, algunas provocativas y otras surrealistas. Hurt en su primera cinta ya realiza un trabajo magnífico interpretando a un científico casado con su trabajo donde se mezclan estados de cordura con estados de locura (para no estarlo viendo lo que le va sucediendo); claro que para eso tiene que haber un guion, obra del oscarizado Paddy Chayefsky que tuvo más de un roce con el director por lo que tuvo que abandonar el rodaje. Aún con eso, Chayefsky deja para la posteridad algunas secuencias realmente únicas e inquietantes.

Si cuando terminas el visionado te sientes de 'subidón', es normal. El mayor mérito de la cinta es que gana en el terreno de la experiencia visual; El equipo de efectos especiales y sonido realiza un tremendo trabajo construyendo las alucinaciones que va sufriendo Eddie Jessup, algunas cercanas a un tono 'Lovecraftiano'. Aparte de eso, como largometraje en sí no cuenta con aspectos sobresalientes que sean tan buenas como son los efectos especiales, quiere engatusar también con la historia de amor, pero aquí no es un elemento con el que me tenga enganchado del todo por su mejorable construcción.

Una cosa está clara: 'Un viaje alucinante al fondo de la mente' no dejará indiferente.