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Voto de CitizenCorleone:
7
Acción Los patriotas anti-Ching, bajo las órdenes de Ho Kuang-han, se refugian en Cantón haciéndose pasar por maestros de escuela. Liu Yu-te, uno de los pupilos de Ho trabaja como mensajero y espía para los anti-Ching. Pero el general Manchurio Tien Ta descubre a los anti-Ching y ordena matar a Ho y al padre de Liu. Liu escapa al templo de Shaolin con la esperanza de aprender artes marciales y vengar la muerte de su padre. Liu es aceptado como ... [+]
10 de abril de 2011
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las 36 cámaras Shaolin, producida por la fábrica de sueños del cine de artes marciales, la Shaw Brothers, es una de las películas mas simbólicas, entretenidas y representativas del cine de Kung Fu y uno de los mejores productos de la prestigiosa productora hongkonesa. Dirigido por el coreógrafo Chia-Liang e interpretado por su hermano, la estrella Gordon Liu. El argumento es bien sencillo y la película está dividida en tres partes claramente diferenciadas.


En la primera, una organización anti Manchú es la encargada en Cantón de dirigir las operaciones secretas contra los invasores mongoles, pero éstos últimos son muy fuertes y están muy bien organizados por lo que descubren a la sociedad secreta que trata de derrotarlos y por consiguiente se realizan una serie de ejecuciones para dar ejemplo en la que matan al padre del que será el protagonista de la cinta. Este huye malherido con la intención de entrar en el templo Shaolin del que ha oído que se enseñan artes marciales por lo que piensa que podría volver convertido en un experto y así ejecutar su venganza personal contra los crueles invasores. Con su complicada entrada en el templo y la aceptación del abad para que se convierta en monje comienza la segunda parte de la película, la mas entretenida y la que mas merece atención. En ella nuestro protagonista se somete a un duro entrenamiento en el que tiene que pasar por varias pruebas a lo largo de 35 cámaras diferentes, aprendiendo a utilizar, manos piernas, armas...trabajando y endureciendo el cuerpo y la mente, alternándolas con las enseñanzas del budismo. Contra todo pronóstico nuestro protagonista con una enorme fuerza de voluntad, tiene una habilidad espectacular para aprender Kung Fu, por lo que su aprendizaje se realiza de manera vertiginosa. Tras superar todas las pruebas, la intención de San Te es volver a su pueblo y crear la cámara 36 (con el consentimiento no declarado del abad) para enseñar Kung Fu a sus habitantes y que se puedan defender y echar a los tiranos. En la tercera y última parte, San Te tiene la ocasión de poner en práctica lo aprendido en las 35 cámaras en una serie de espectaculares luchas, venciendo incluso a los lugartenientes mongoles, adquiriendo así el film, la distinción de sencillo western oriental.


El encanto de la película reside en ver el estimulante sistema de entrenamiento de San Te en secuencias como en la que transporta cubos de agua con los brazos extendidos, golpea sacos de arena con la cabeza o aprende a utilizar la espada, la lanza o las piernas en duras pruebas en las que nuestro protagonista nos mostrara sus habilidades acompañado de una genial banda sonora. Puños y patadas, voces de golpe y movimientos que cortan el aire, están en perfecta armonía, juntos suman unas secuencias coreográficas perfectas, con un ritmo y un compás casi musical ayudado por rápidos acercamientos de zoom y una cámara frenética, que juntos llegan a alcanzar el grado de arte visual, a pesar de su sencillo guión.
CitizenCorleone
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