Will Graham es un agente del FBI retirado que acepta volver al trabajo para cazar a un violento psicópata. Para ello contará con la ayuda de otro peligroso asesino que él mismo capturó tiempo atrás, Hannibal Lecter.

A pesar de contar con un fabuloso reparto, El dragón rojo desciende un peldaño en calidad con respecto a las dos anteriores. De hecho, esta película supone un remake de Hunter de Michael Mann, que fue el que primero plasmó las aventuras de Hannibal Lecter en 1986. Su estimable versión no tiene nada que envidiar a esta de Brett Ratner. El dragón rojo tiene un presupuesto mayor y está mejor hecha pero resulta demasiado convencional.

No obstante la película también tiene sus atractivos, como por ejemplo Ralph Fiennes, que interpreta al psicópata mejor que Tom Noonan en la versión antigua. Además se profundiza en la personalidad del asesino y resulta más interesante. Edward Norton es un convincente Will Graham que es el policía que capturó a Hannibal en el pasado. Anthony Hopkins repite, aunque como el argumento del filme se desarrolla unos años antes que el de las dos primeras entregas, su personaje es más joven, por eso tuvieron que maquillarle bien con el fin de conseguir un aspecto más juvenil.

El dragón rojo es entretenida y menos sangrienta pero carece de la emoción de El silencio de los corderos y del sadismo de Hannibal. El personaje de Fiennes está bien construido y desde el punto de vista técnico no hay nada que reprochar, pero como dije, la película me pareció muy rutinaria. El director no se esfuerza en crear tensión y suspense de ahí que la cinta pierda fuelle. El argumento es interesante y recuerda mucho al de El silencio de los corderos, pero falla en la manera de contarlo. El gran trabajo interpretativo de los actores no sustenta por sí solo el resultado desigual de la película.