Memorias de Africa es por derecho propio una de las mayores historias románticas que haya dado el cine. Está basada en la célebre novela de la escritora danesa la baronesa Karen von Blixen-Finecke también conocida como Isak Dinesen. La adaptación fue llevada a cabo por el gran Sydney Pollack que contó con su actor fetiche Robert Redford para protagonizarla junto a la irrepetible Meryl Streep.

Cuenta la historia de un amor a tres bandas entre un misterioso cazador y aventurero (Redford), un hombre amante de Africa y ajeno a los conflictos que vive el mundo en esos momentos con el inicio de La Primera Guerra Mundial pero al mismo tiempo consciente de los cambios que se avecinan en Africa con la llegada del hombre blanco. Un espíritu libre que se enamora de una baronesa (Streep) dueña de una hacienda en Kenia donde cultiva café y casada con un hombre (Brandauer) que no la ama. La baronesa y su marido son un matrimonio de conveniencia, a ella la aterra la idea de quedarse soltera y él es un noble venido a menos y arruinado. Cuando ambos deciden trasladarse a Africa y fundar una plantación de café sus vidas cambiarán en cuanto aparece en escena el cazador y éste le devuelva a la baronesa la alegría por la vida viviendo un apasionado romance.

La película refleja a la perfección el espíritu romántico de la novela sobre una mujer fuerte que lucha contra la adversidad por sacar adelante su negocio condenado al fracaso desde el principio. Al mismo tiempo tiene que enfrentarse a su problemático matrimonio con un hombre mujeriego que la engaña cada dos por tres y desaparece sin dejar rastro durante semanas llegando incluso a contagiarle la sífilis. Sin embargo la aparición del cazador da a su vida una nueva perspectiva y vive con él una hermosa historia de amor contada con gran sensibilidad por el autor de Tal como eramos en el incomparable marco africano espléndidamente retratado por el camarógrafo David Watkin que se llevó el Oscar de la Academia por este trabajo y unido a la inolvidable y emocionante banda sonora del maestro John Barry que también se llevó el preciado galardón.

Estamos ante una obra hermosa y apasionante con escenas memorables como aquella en la que Redford enjabona y lava el pelo de Meryl Streep o como cuando ambos sobrevuelan Kenia en una avioneta y se cogen de la mano. Preciosa.