Toda iniciativa que se realice en pos de la resolución de este proceso, y favorablemente a Britney por supuesto, me parecerá poca. Aunque los fans y la comunidad “britnera” mundial ya se han ocupado de convertir esta historia en un asunto mediático (menos mal), los medios de masas no le están dando la verdadera importancia que tiene esto.

¿Que qué es esto? Nada menos que un caso de secuestro legalizado y socialmente aceptado. Y no de asesinato, porque la Britney –en contra de lo que dicen esos exámenes psiquiátrico/forense/científicos súper fiables– está bastante más centrada de lo que está la mayor parte de la gente. Pues con esa vida, esa presión demencial, y ese nivel de trabajo y sacrificio que la nena gasta, la mayoría de la gente se habría pegado un tiro, o habría caído en las drogas, o estaría ya internada en un manicomio.

No, todo ese circo legalista tan del gusto de los yankis no se hizo para proteger a la colega, sino para exprimirla a manos llenas y sin filtros de ninguna clase. Así 13 putos años. Una mujer adulta con hijos que gana millones de dólares (bastante más merecidos que los de otros muchos) sin derecho a circular libremente por el país, ni a gastar su propio dinero, ni a tener más hijos…

No es ni más ni menos que un caso de lesa humanidad. De vulneración de derechos básicos. De un delito grave perpetrado por el Estado de California contra una persona inocente y prolongado en el tiempo. Y parece que aquí no pase na, oye. Es gravísimo. Es absolutamente escandaloso, pero la generación del déficit de atención dudo que se preocupe de este asunto con la gravedad que exige, lo dudo mucho. Tampoco veré a las feministas ocuparse de que tengan retenida a una mujer contra su voluntad 13 años.