Película dirigida por Polanski y escrita principalmente por el guionista Robert Towne, verdadera alma del filme. Sobre un buen guión con un momento bomba y otros momentos de bastante intereses esta película supuso una grata sorpresa en su momento. Conocida por los muchos enfrentamientos entre el director y el guionista ( cuando Polanski se interesó por el proyecto el guión preliminar eran 180 paginas confusas, y no tuvó más remedio que descuartizarlo, para enfado del genial guionista), en ella vemos al siempre fantástico Jack Nicholson, encarnando a un detective especializado en divorcios. También podemos ver al director John Huston haciendo un papel secundario, e incluso al mismo Roman Polanski haciendo una breve intervención como el cabrón del cuchillo. La película tiene la peculiaridad de que se empezó a dirigir sin saber el final, ya que nadie se ponía de acuerdo. Aunque Towne era el guionista principal, Polanski se las ingenio para modificar todo a su antojo, y gracias a ello tenemos uno de esos finales memorables de la historia del cine. Como venganza, la productora (aliada del guionista) no puso el nombre Roman Polanski en los títulos de guionista. Lo cierto es que muchas producciones posteriores a Chinatown intentaron imitar su éxito, y de hecho todavía se imita hasta la saciedad, por ello puede que esta película no parezca tan espectacular, los tópicos nos los sabemos de memoria. Pera da igual. Una noche oscura, un cigarrillo y una copa de whisky en la mano, una femme fatale y a disfrutar. Es imposible olvidar Chinatown.