Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de Nuar:
2
Thriller. Drama Desde que su mujer sufrió quemaduras en todo el cuerpo a raíz de un accidente de coche, el doctor Robert Ledgard, eminente cirujano plástico, ha dedicado años de estudio y experimentación a la elaboración de una nueva piel con la que hubiera podido salvarla; se trata de una piel sensible a las caricias, pero que funciona como una auténtica coraza contra toda clase de agresiones, tanto externas como internas. Para poner en práctica este ... [+]
4 de septiembre de 2011
43 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
España -charanga y pandereta- es un país obstinado en esquilmar a sus genios. Y los ha tenido: Lorca, Buñuel, Goya, Velázquez, Ochoa, etcétera. Como se ve, no incluyo a Pedro Almodóvar. Reconozco que no me cae demasiado bien, que tengo prejuicios temáticos, lo veo pedante e impostado, artificial, con aires de suficiencia, pero mi avanzada y preocupante esquizofrenia todavía no me ciega lo suficiente para reconocer su grandísimo talento como director. También su proteica capacidad para promocionarse en cada film (qué guay es Pedro, con eso de film), ofreciendo lentamente la publicidad oportuna en cada momento. Tanto es así que, cinéfilo o no, resulta imposible desconocer que el genio de la Mancha tiene película recién salida del horno en las multisalas. Procuro, además, estar informado de su obra, verla, meditarla. ¿Cómo se puede desdeñar obra tan trascendente, emblemática, hipercuidada, provocativa, innovadora, genialoide?

“La piel que habito”, dejando de lado el argumento grotesco, tiene un problema -y es de lo que quiero hablar-, repetido durante varios años por el cineasta: el guión. Innecesariamente rebuscados, pseudocatárticos, bastante bochornosos, psicopáticos como el último. Almodóvar pesquisa en cada plano una firma artística, un modo que le ciega y pierde la panorámica de su obra. Cae, como caen los barrocos, en la vanidad.

Almodóvar lleva años -hombrecitos de oro inclusive-, con el paréntesis de “Volver”, perpetrando el guión del alipori. (Obvio “Volver” porque, a pesar de momentos indignos para un director de su talla -esa escena amarilla en que Agustina revela su enfermedad, por lo cutre; y la archifamosa escena de Pe Cruz haciéndole playback a Estrella Morente, por lo cursi-, habla con emoción y claridad, transmite.) Ojalá alguien, reconocido internacionalmente, claro, le escriba los guiones, como a Amenábar. Almodóvar apenas crea ya esperanzas cinematográficas y, si observamos su reciente trayectoria, menos. No comprendo como, teniendo premios a punta de pala, no se tranquiliza, habla de lo que sabe hablar, entierra su aire fatuo hollywoodiense y deja de hacer mariconadas pretenciosas. Creo, y me aventuro mucho, que sabe que está haciendo el ridículo, que no convence, pero Mr. Hyde le obliga a ser manierista y epidérmico, plasta. Con lo bueno que sería, ya maduro, el Dr. Jekyll…

No he hablado, vaya, de “La piel que habito”. Bueno, seré breve: una de las mejores comedias españoles jamás realizada.
Nuar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow