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Voto de Rublorenzo:
2
Romance. Drama David Kepesh (Ben Kingsley), un carismático profesor, está orgulloso de seducir a alumnas deseosas de probar experiencias nuevas, pero sin ningún compromiso. Pero, cuando la hermosa Consuelo Castillo (Cruz) entra en su clase, sus precauciones se esfuman. Esa belleza morena consigue, al mismo tiempo, cautivarlo y desconcertarlo. Consuelo es para él algo más que un objeto de deseo. Su fuerte personalidad y su carácter apasionado ... [+]
26 de mayo de 2008
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película realmente patética donde se reconfirman valores realmente recalcitrantes y estereotipados de nuestra sociedad. El personaje de Ben Kingsley aparece rodeado de su glamourosa apariencia y su individualismo a ultranza, síntoma de una independencia mal entendida que en el fondo no muestra más que la gran inmadurez éste, pese a estar ya cerca de la última etapa de su vida. La soledad, el aislamiento que le acompañan, la falta de resolución y de abordar sus propios conflictos y prejuicios internos le llevan a posturas muy inmaduras de escape y falta de compromiso. Mientras que al personaje le falta consistencia interna, muestra como contrapartida una glamourosa y seductora apariencia externa hábilmente manejada para conquistar la simpatía de la joven alumna y dar curso a sus pretensiones sexuales.
Cuando las circunstancias le ponen realmente ante una actuación más implicada de compromiso, lo que realmente para él significaría el enfrentarse a sus propios fantasmas y miedos, él se rinde, se retira no es capaz de afrontar y decide abandonar.
El encuentro con su anterior mujer también, tras sincerarse con ella, le ofrece otra posibilidad de un acto de amor y madurez en una posible relación más implicada y profunda que él tampoco sabe ver.
Luego para salvar patéticamente al personaje en un acto de malabarismo, se rescata a la joven ahora “envejecida”, de manera que al quedar rebajada así la vitalidad y belleza de este personaje femenino, desaparece para él su gran obstáculo, su propia conflictividad interna: la diferencia de edad y vitalidad, su sentimiento de inferioridad ante ello, sus miedos y angustias al afrontarlo ante familiares y demás..., que le habían hecho antes desistir.
Ahora ya ante ella “rebajada”, él puede sentirse en una condición de igualdad y puede ejercer un acto de sentimentalismo compasivo de acogimiento, precisamente al desaparecer su conflictividad interna y poder sentirse quizá en un nivel superior: “Ahora será su musa”.
El desenlace no ofrece así ningún desarrollo hacia la madurez de este personaje masculino, sino un recorte del potencial vital del personaje femenino para traerlo a su nivel y adaptarlo a las expectativas inmaduras de él.
Rublorenzo
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