Como comedia, 'El lobo de Wall Street' funciona, pero no la veo como ganadora del Oscar a Mejor Película. Cierto es que la temática del hombre hecho a sí mismo es muy del gusto de Hollywood, pero no nos presenta nada nuevo: Wall Street es más simbología del título que contenido de la película. El contenido es otro: muchos "fucks", muchas fiestas, muchas drogas, mucho sexo... La gran vida americana que tantas veces se ha plasmado en la gran pantalla por este u otro director. Di Caprio está soberbio, en su salsa, pero consigue saturar ya que acapara la pantalla en el 95% de la película, y estamos hablando de 180 minutos, 3 horas.

La estructura me ha recordado mucho a la de 'Blow', aquella peli protagonizada por Johnny Depp y Penélope Cruz; todo empieza como una ambición de un joven que consigue hacerse multimillonario. 1) Auge 2) Caída. De los secundarios hay poco que decir, tal vez me haya resultado cargante Jonah Hill, pero eso suele ser lo habitual cuando veo alguna película en la que sale. Los demás tampoco tienen mucho tiempo para florituras, algunas apariciones momentáneas y de vuelta a la cara de Leonardo.

Y, con los créditos finales, me es inevitable formularme esta pregunta: ¿de verdad eran necesarios 180 minutos para contar esta historia?