Comparto la opinión de Pablo Kurt en cuanto a que la primera vez es diferente. Si en un primer momento me fascinó, tras el segundo visionado el entusiasmo ha bajado bastante, aunque me sigue pareciendo una película interesante.

Por descontado, los aspectos formales, la elegancia en la dirección de Shyamalan, la convicción con la que todos los actores dan vida a sus personajes, siguen siendo ejemplares. Pero el impacto que producen los giros de la trama se reduce de manera notable en la revisión. Y me parece que las grandes películas deben resistir el análisis una y otra vez. Aun partiendo de la base de que se trata de un planteamiento utópico, que es la mejor manera de evadirse de la realidad, a menudo porque no se entiende o no se acepta su funcionamiento, no podemos desligar ficción o parábola social de verosimilitud.

Y ahí es donde se resquebraja la película. Superada la fascinación del primer momento, no resulta creíble, y algunos aspectos de la trama son completamente descabellados (spoiler). Puestos a pensar, prefiero una sociedad abierta en la que los riesgos son mucho mayores, pero en la que existe una cosita llamada libertad. Al fin y al cabo, los habitantes de la aldea no conforman sino una sociedad TOTALITARIA.