Haz click aquí para copiar la URL
Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
8
Drama Walt Kowalski (Clint Eastwood), un veterano de la guerra de Corea (1950-1953), es un obrero jubilado del sector del automóvil que ha enviudado recientemente. Su máxima pasión es cuidar de su más preciado tesoro: un coche Gran Torino de 1972. Es un hombre inflexible y cascarrabias, al que le cuesta trabajo asimilar los cambios que se producen a su alrededor, especialmente la llegada de multitud de inmigrantes asiáticos a su barrio. Sin ... [+]
24 de marzo de 2009
67 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé cuántas películas pueden quedarle por hacer al viejo Clint. Dos, tres, cuatro... La verdad es que tampoco quiero saberlo. Me pongo malo sólo de pensar que un día u otro este fenómeno palmará y todos los que siempre hemos sentido devoción por su carismática estampa y por su lúcido discurso nos quedaremos huérfanos. Huérfanos de naturalidad, de simplicidad, de franqueza. Huérfanos de referentes en un panorama cinematográfico repleto de prepotencia, de esnobismo, de extravagancia. De fuegos de artificio.

No sé si ésta será su última, penúltima o antepenúltima peli. Lo que sí sé es que “Gran Torino” podría ser perfectamente un dignísimo -y hasta brillante- testamento cinematográfico.

No en vano su peli viene a ser una especie de autobiografía fílmica. Una autobiografía de sus personajes y de sus obras en la que aparecen todas y cada una de sus constantes. Empezando por su propio estereotipo de hombre rudo, duro, solitario, paternalista, políticamente incorrecto... y acabando por su propia concepción del cine como discurso narrativo sencillo, ágil, honesto, sensible, crítico y/o reivindicativo. Clásico, dicen. Pues eso, clásico.

Sobre la peli me limitaré a recomendarla sí o sí. Sin reticencias ni contraindicaciones de ningún tipo. Solo añadiré que aunque los tiempos del hombre del poncho o de Harry Callaghan pasaron ya, quien tuvo, retuvo. Y este Walt Kowalski gasta muy mala ostia. Pero, insisto, “Gran Torino” huele a testamento. A crepúsculo, como poco. Y eso me jode.

Preferiría pensar que los viejos rockeros nunca mueren.
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow