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Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
8
Western Guerra de Secesión (1861-1865). El Fuerte Benlin, en Nuevo México, sufre un nuevo ataque de la banda de Sierra Charriba, un apache rebelde que, después de sus incursiones, se refugia en México. Esta vez se lleva como rehenes a tres niños. El Mayor Dundee (Charlton Heston), desobedeciendo las órdenes de sus superiores, recluta delincuentes, negros y prisioneros confederados para perseguir a los indios y rescatar a los niños; pero en ... [+]
18 de marzo de 2010
37 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi todos los adeptos a Sam Peckinpah coincidimos en que “Mayor Dundee” no es, quizás, una de sus mejores pelis. De entre sus muchos westerns yo lo situaría, por ejemplo, a un peldaño de “La balada de Cable Hogue” y a dos, obviamente, de “Grupo salvaje”.

Con todo, “Mayor Dundee” me parece una buena película. Mejor dicho, una muy buena película. Y lo apunto así, con tanto convencimiento y firmeza, porque considero que más allá de sus virtudes y sus defectos “Mayor Dundee” es -por así decirlo- un bosquejo. Un inestimable preludio de ese peculiar y genuino libreto de estilo que Sam empezó a definir a partir de “Grupo salvaje” y que, muy poco después, lo confirmó como uno de los mejores cineastas norteamericanos de la década de los setenta.

Y aunque yo también echo de menos en esta peli esos zooms y ralentís tan peckinpahianos, otros muchos rasgos característicos de su autor -tanto o más significativos, incluso- son perfectamente identificables en “Mayor Dundee”. Me estoy refiriendo, por ejemplo, a su atracción por la violencia física o verbal, a su indisociable misoginia o a su pertinaz empeño en componer personajes descorazonados, escépticos y -por que no decirlo- incluso despiadados. Personajes que poco o nada tienen que ver con la clásica visión maniqueísta del viejo oeste y que tan sólo mantienen fuertemente arraigados determinados y muy puntuales códigos de honor. Todo ello lo podemos advertir, obviamente, en el tremendo duelo interpretativo que mantienen a lo largo de la peli Dundee (Heston) y Tyreen (Harris). Dos adversarios, antaño amigos, cuyos tensos diálogos preludian -como antes decía- la nostálgica, áspera y crepuscular poética de “Grupo salvaje”. Un film que jamás habría logrado tanta repercusión en la historia del western si cinco años antes Peckinpah no hubiera colocado esa primera piedra que lleva por nombre “Mayor Dundee”. De eso estoy completamente seguro.
Taylor
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