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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
3
Romance. Drama Creyendo que han dejado atrás las sombras del pasado, los recién casados Christian y Anastasia disfrutan de su relación y de su vida llena de lujos. Pero justo cuando Ana empieza a relajarse, aparecen nuevas amenazas que ponen en riesgo su felicidad. Adaptación del final de "50 sombras de Grey". (FILMAFFINITY)
8 de octubre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tenía yo del todo claro que la saga cinematográfica de las sombras llegara a ver su final. Los resultados de “50 sombras más oscuras” ya no dejaban lugar a dudas: la crítica la ponía verde, el público no se la tomaba en serio y la recaudación ni era de lejos la esperada ni había expectativa de remontar. Además, había continuos rumores de encontronazos de los protagonistas con el director, entre ellos, del director con el escritor, del productor con el director… toda una jaula de grillos en la que más de uno ya estaba lamentando haber dicho sí a un papel, en principio, prometedor.Pero por el motivo que sea -detalle con los seguidores, compromisos adquiridos, cierta rentabilidad- las cincuentas sombras todavía más oscuras terminaron viendo la luz bajo el pretencioso título de “50 sombras liberadas” para alegría de sus tres incondicionales y de los críticos profesionales que, digan lo que digan, les gusta tener material con el que cebarse -en este caso, merecidamente-.

A decir verdad, hay que reconocer cierto esfuerzo para cambiar el rumbo de la saga. Por un lado, reconociendo el (único) punto fuerte de las predecesoras, se potencia la fotografía y el mundo de lujo que rodea a la pareja con unos exteriores por Europa a cuento de la luna de miel entre los señores Grey, todo un clásico de las sagas en decadencia, que da la oportunidad de utilizar drones para secuencias espectaculares de Sol, playa, Mediterráneo, atardeceres y hoteles de cinco estrellas o más. Además, recupera la costumbre de no escatimar en enseñar cuerpos desnudos/semidesnudos, cuya cantidad había decrecido ostensible e inexplicablemente en la entrega anterior, con muchas escenas de sexo de corta duración en lugar de macroescenas ubicadas en puntos estratégicos del metraje. En cada microencuentro sexual suena una canción de actualidad, lo que hace de estas sombras liberadas una de las películas con la mayor cantidad de canciones en su BSO. Probablemente algún responsable debió leer en alguna parte que la música es importante y prefirió pasarse con una playlist de decenas de canciones a quedarse corto. Yo creo que no hay treinta segundos de película sin que suene una canción.

Lo que no cambia es que la película carece de la más mínima profundidad. El 85% del tiempo los Grey andan de un lado a otro de vacaciones, haciendo compras, dándole al tema o decidiendo el menú de la cena. En el otro 15% tramas de supuesta enjundia se abren y se quedan abiertas sin el más mínimo interés en cerrarlas: sufren un acoso ridículo por parte de un tío con una gorra que pone en jaque al costosísimo equipo de seguridad de los Grey, hay un secuestro aún más ridículo y una conspiración tremenda que se despachan todas ellas en aproximadamente tres minutos, en mitad de la película, de manera absolutamente anticlimática antes de dar paso a más momentos de relleno y al, para mí, momento más delirante de la saga: el final-homenaje.

Sí, amigos. Habéis leído bien: un final-homenaje o auto-homenaje final, como se prefiera Me refiero a ese último momento, justo tras el fundido a negro, en el que en lugar de los típicos créditos, hay unas secuencias en las que los personajes comparten unos últimos momentos con los fieles espectadores, miran más allá de la cámara, sonríen cómplices a cámara lenta, mientras sus nombres se sobreimpresionan y el público, si la saga ha sido realmente memorable, les dedica un aplauso final uno a uno. Me viene a la cabeza el final de “Crepúsculo” sin ir más lejos, donde la intensidad de los aplausos refleja el nivel de cariño por el personaje (Cullen tenía más seguidores que lobito Lautner, poer ejemplo). Pues aquí, igual, hasta los putos inútiles guardias de seguridad de Grey y el acosador de la gorra sonríen a cámara como si no hubiesen dado vergüenza ajena y como si alguien tuviera interés en despedirse de ellos.

En resumen, un cierre de saga que pone toda la carne en el asador pero resulta extraordinariamente confusa y más banal si cabe que las sombras que la precedieron. Es Imposible empatizar con nadie, la BSO es cargante y, si me apuran, baja el nivel al enseñar a los Grey recorriendo Europa en un viaje que supuestamente es la hostia pero que cualquier españolito de clase media tiene al alcance de su mano en una página de vuelos+hotel. Mala, hasta para verla sin expectativas. Sin duda, un final a la altura de lo que ha sido uno de los pufos de la década.
OsitoF
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