Mientras la veía, pensaba que era Kurosawa puesto al día con un toque gore, y sin profundizar demasiado en los personajes, y por otro lado que Miike se alejaba, al menos en esta cinta, de su escalofriante trilogía (¿o ya hay más?) Dead or Alive, a cual peor. Me mantuvo pegado a la butaca, pero con esa sensación de desazón de no saber muy bien si estaba rodada en los 50 o en el siglo XXI, aunque la sangre y las mutilaciones varias me rebelaron la verdad. Entretenida, en cualquier caso.