Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de Tithoes:
6
Terror Cosas extrañas comienzan a suceder en casa de los Graham tras la muerte de la abuela y matriarca, que deja en herencia su casa a su hija Annie. Annie Graham, una galerista casada y con dos hijos, no tuvo una infancia demasiado feliz junto a su madre, y cree que la muerte de ésta puede hacer que pase página. Pero todo se complica cuando su hija menor comienza a ver figuras fantasmales, que también empiezan a aparecer ante su hermano. (FILMAFFINITY)  [+]
6 de septiembre de 2018
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor: el drama (el género más influyente es sin duda éste) que acompaña al macabro mensaje que el debutante tras las cámaras en la gran pantalla (hasta ahora todo lo que había firmado era en formato de cortometraje) propone para invitar a reflexionar al público convirtiendo el duelo ante una fatídica pérdida en una herencia (no solo de inmuebles) en la que la soledad es la peor elección y la culpabilidad una inevitable aliada, aflorando una serie de desconfianzas pasadas y resentimientos presentes en la clásica desestructurada familia solo unida por la histeria conjunta; la sola presencia del polifacético Gabriel Byrne revaloriza al alza un elenco con luces y sombras (en un extremo la pasional Toni Collette y en otro el apático Alex Wolff) y, por consiguiente, su atractivo pese a protagonizar un papel poco singular (de hecho se puede equiparar fácilmente con el que el mismo asumió en Stigmata más allá de enfrentase a insidiosas entidades en ambas) y tremendamente desaprovechado (la problemática estructura narrativa no hace justicia a su portentosa figura actoral); el cúmulo de elementos físicos simbólicos (moscas, medallones, pintadas, pasteles, hormigas, cuadernos...) funciona a las mil maravillas, no pudiéndose aseverar lo mismo de los plasmados sin segundas intenciones (reducidas maquetas, grupacionales terapias, desnudos cuerpos, voladoras amenazas...) al impactar mucho pero no aportar sustancial trasfondo.

Lo peor: el componente esotérico que determina el desenlace decepciona no solo por la mezcla de escepticismo y frivolidad con el que se presenta (una regeneración precipitada propia de la brujería en lugar de una natural contradice la intrínseca esencia de la propuesta) sino por la pretenciosidad que destila, tornándose el suspense (en ningún caso terror) sugestivo en otro profanador en el que visiones, posesiones y sacrificios no llevan aparejada la prometida recompensa para el espectador, cobrando la historia tintes espirituales en sentido estricto en lugar del figurado que con tanto acierto prima hasta entonces; el desesperante trastorno del personaje encarnado por la talentosa Milly Shapiro (sin duda el más intrigante e inquietante de todos hasta por su alergia no a un alimento en particular sino al resto de seres vivos en general) resulta tan práctico como detestable al simular una especie de sonoro e incesante goteo que, si bien como recurso cumple su cometido, no lo hace como nexo de unión explicativo al no revelar absolutamente nada; la larga duración de la cinta (que los números guarden una estricta correlación se presume mera coincidencia) se antoja inadecuada, pues avanza sin pausa por un sendero pero este lleva a un destino tan convencional que la lectura final difiere mucho de la anunciada, una con existencial profundidad.

Daniel Espinosa
www.cementeriodenoticias.es.tl
Tithoes
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow