Se lleva hablando desde el estreno de 'Bolt' que Disney podía tener su tercera edad de oro. Al principio tenía mis reticencias (Bolt me pareció entretenida, nada más), pero de ahí en adelante he tenido que comerme mis palabras. 'Tiana y el sapo' supuso una vuelta a los cuentos de princesas con que tanto disfrutábamos hace años, 'Enredados' es un divertimento desde el principio hasta el final y 'Rompe Ralph' nos demostró que Disney sabe arriesgar con historias diferentes a las que nos tiene acostumbrados.
Frozen es la confirmación definitiva de esta vuelta de Disney. Tiene todos los ingredientes de los grandes clásicos de la factoría. Canciones bien integradas con la trama (Destacando 'Let it go', la canción que debería llevarse el oscar a la mejor canción), personajes principales bien definidos y secundarios que nos dan los momentos más cómicos de la película sin desentonar dentro de la historia.
Una vuelta a la infancia en toda regla, me ha hecho recordar cuando mis padres me llevaban de pequeño al cine a ver las producciones de Disney de los 90. Si duda, la academia de Hollywood tiene una buena ocasión para premiar con el oscar a mejor película de animación a un estudio que nunca lo ha conseguido y que ya va siendo hora de que se lo lleve.
Y por si esto fuera poco, antes de su proyección en el cine pude disfrutar del maravilloso corto de Mickey Mouse 'Get a Horse!