Podemos destacar muchas cosas de esta película, pero falla en lo fundamental: la historia.
Tiene una música preciosa, la fotografía y los paisajes son maravillosos, así como sobre todo las interpretaciones (especialmente de Meryl Streep) que hace una papel, como siempre, absolutamente impresionante. Verla actuar es ver cine, pero es meterte en la película porque todo lo que hace es totalmente creíble, casi mejor que la naturalidad de la vida misma. Todas sus expresiones, sus silencios, miradas, gestos son sublimes, y ella por sí sola levanta toda la película.

Lo que, sin duda, le falta, es mucha más consistencia en la historia de amor, en mi opinión mucho más floja que la emotiva "Los puentes de Madison". A pesar de la duración de la película la historia de amor no se ve llegar por ningún lado, aparece de repente sin avisar y no consigo ver una amor desesperado como el que me imaginé antes de verla.
En definitiva, una película que merece la pena ver por muchos motivos, pero a la que le falta algo para ser una de las imprescindibles.