No es la mejor película de Harrison Ford, ni la más famosa, pero sí tuvo un cierto éxito en su momento, pues enseñó al mundo cómo es la vida de los "Amish".
Este culto religioso estadounidense, predica la vida sin tecnología y con una estricta filosofía religiosa basada en el antiguo testamento. Es algo que puede parecer mentira que hoy día todavía exista en convivencia con el mundo actual.
Ford hace un buen papel como policía que debe vivir con esta gente y conocer su mundo, para poder proteger a un niño testigo de un asesinato.
La película no tiene acción ni muchos momentos emocionantes. Su esencia es contarnos lo de los "Amish", en contraste con la vida en la ciudad.
Entre los secundarios podemos ver al malogrado Alexander Godunov, cuyo aspecto encaja bastante con este tipo de personas.
La parte romántica, en mi opinión ralentiza mucho el ritmo y sobra un poco.
Una película muy instructiva, pero eso sí, es muy pesada para verla muchas veces pues su ritmo es lento.