Está claro solo con ver los primeros minutos que la realización es impecable. Se nota en la fotografía y en la ambientación de los años 60.
Conocemos a tres mujeres negras que trabajaban como matemáticas en la mismísima NASA en los años 60. ¿Quién lo diría?
El trío protagonista le hace sombra al propio Kevin Costner. A este actor al menos le queda dignidad y sigue haciendo buenas películas aunque en muchas ocasiones lo haga como mero secundario. Supongo que todavía está recuperándose de la época en la que casi termina su carrera con sus sonados fracasos. No está mal esta cura de ego que está teniendo el de “Bailando con lobos”. Seguro que así está creciendo como persona.
En cuanto a Jim Parsons, encaja como un guante, pero creo que es porque lo tenemos asociado a su eterno personaje de la televisión. ¿Conseguirá desencasillarse del papel de científico repelente? Lo dudo muchísimo.
La historia de la lucha por los derechos civiles de los “de color” en los años 60, en esta especia de “apartheid” americano, está muy vista. Pero nunca lo han contado con este enfoque y en este contexto de la agencia espacial, lo cual me ha parecido bastante interesante.
Esto hace que sea incluso más entretenida que otras películas que han tratado la historia de la NASA, como la pesadísima “Elegidos para la gloria”, que nunca he sido capaz de ver entera.
El film es también un buen documental de los logros de esta empresa, que en el fondo no era nada más que una pieza más de la llamada guerra fría, pero que tanto consiguió evolucionar la ciencia en el siglo XX.
La labor de estas mujeres fue encomiable. Su trabajo supuso un gigantesco corte de mangas a la sociedad en las que les tocó vivir. Aunque hay que decir que, debido al respeto que se ganaron, no sufrieron (o al menos aquí no lo vemos) un rechazo social tan brutal como otros (véase “Arde Misssissippi”).
Los momentos más llamativos son los del lavabo de mujeres y los enfrentamientos con “Sheldon”.
Es una película interesante y muy entretenida para ser pura historia de la NASA y durar algo más de dos horas.
Por cierto ¿”Fortran” el lenguaje del futuro? ¡Qué ingenua!