Probablemente la existencia de esta serie se debe al éxito de “Vikingos”, “Juego de tronos” y otras similares, pero no me parece mal en absoluto que se aprovechen de esto, ni que haya ahora tantas series de ambientación histórica, siempre y cuando lo hagan tan bien como en esta ocasión.
De todas formas, el contexto es algo que yo por lo menos no había visto antes, con una Inglaterra dividida en una serie de reinos que están casi todos bajo el dominio de los daneses, y que se disputan el territorio con los sajones. No sabía yo que los anteriormente llamados vikingos habían logrado tanto poder en las islas británicas en el siglo IX.
La puesta en escena que se han trabajado los de la BBC es espectacular. Lo bueno de que el listón en las series de ambientación histórica esté tan alto es que ya no se pueden hacer las cosas de cualquier manera, y ya que se ponen, pues lo hacen realmente bien en lo que se refiere al diseño de producción.
Y por consiguiente, todos los demás aspectos técnicos son también impecables. La fotografía es brutal, con el paisaje típico inglés que queda tan vistoso. También la banda sonora es buena, con esos toques vocales de ciertas reminiscencias célticas.
La entradilla de la serie también me gusta mucho, con ese estilo de dibujo esquemático que queda tan bien como presentación.
El reparto cumple con creces, aunque hay que reconocer que apenas hay rostros reconocibles. Al principio creía que el protagonista era Jonathan Rhys-Meyers, por su parecido con el de “Los Tudor”. Pero no, se llama Alexander Dreymon y yo personalmente no le había visto antes en ninguna parte.
Realmente solo reconocía al fraile de “Los pilares de la Tierra”, que sale bastante poco, y al veterano Rutger Hauer, que también sale lo justo y cuyo personaje no aporta demasiado al relato.
La historia del protagonista es realmente interesante, con ese rapto y sus derechos de sucesión al reino de Wessex, que le va a costar Dios y ayuda reclamar en medio de esa lucha entre sajones y daneses.
En cuanto al mundo de los vikingos, aquí no aparecen tan bestiajos y brutos como en la serie de Travis Fimmel, pero eso no le quita puntos ni mérito. Eso sí, he notado un grandísimo trabajo de efectos especiales en las clavadas de flechas y espadas, está increíblemente bien hecho, con muchísimo realismo.
De hecho, en el mismísimo episodio piloto ya tenemos una batalla en condiciones, transmitiendo el miedo que imponían estos nórdicos en combate. Todos hemos visto cosas mejores en cine y otras series, pero para ser una producción televisiva sin tanto presupuesto como la de las novelas de George R. Martin, no está nada mal.
Por cierto, que la serie también se basa en una saga de libros, en este caso de Bernard Cornwell. Algún día tendré que leer algo de este autor, que parece interesante.
Los capítulos son largos pero no cansan en absoluto, y me dejan siempre con ganas de seguir.
La serie tiene estrategia militar, política, aventuras, intrigas, violencia, personajes interesantes, y vikingos. ¿Qué más queremos?
Hasta donde yo sé, que me puedo equivocar, por ahora no ha tenido un gran calado de público, al menos en España. En mi entorno hay muy pocas personas que la conozcan, y tampoco he notado una fuerte repercusión en internet, al menos en las páginas que yo suelo visitar. Esto me parece una injusticia para una serie que tiene poco que envidiar a las más famosas. Merece la pena muchísimo verla, y también se merecería que tuviera más renombre y éxito. A ver si esto le llega con la segunda temporada que ya se ha emitido en el Reino Unido.