Como no podía ser de otra manera, lo que ofrece esta película ya nos lo podemos esperar todos.
Un auténtico derroche de tiros, explosiones, peleas y violencia. Pero tenemos también un muy buen rollo y un humor plagado de guiños de las viejas glorias del cine de acción que hacen que la película sea todavía más divertida.
La acción es bestial, aún más que en la primera película. El grupo se ve aumentado con la presencia de Chuck Norris, Van Damme y la extensión de los papeles de Willis y Arnold. Aunque se echa en falta a Mickey Rourke y una dosis mayor de Jet Li.
El resultado es más que aceptable. No sabría decir si mejor que la predecesora, pero como mínimo mantiene el nivel. Quizás la supere en la intensidad de las escenas de acción y en el humor, pero tiene algo menos de ritmo. En la parte central del film hay algunos tiempos muertos que no vienen a cuento cuando no hay tanto que rascar.
Todos los mercenarios tienen su momento (o momentazo) de gloria, cada uno de ellos especialista en cierto tipo de lucha o combate (a nivel de lo que han hecho en el cine, claro). Así que tenemos todo un espectáculo en el que nadie se puede aburrir, a excepción de los que no les guste este tipo de películas.
Lo mejor de la acción: Absolutamente todo.
Lo mejor del humor: El encuentro de Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger en el cochecito. Aunque los puntos de Chuck Norris también provocan la carcajada.
Eso sí, si no se conoce el cine de esta gente, no se pillarán los chistes.