Los thriller sobre el mundo empresarial y el espionaje industrial tienen la posibilidad de no captar al espectador. Es muy difícil transmitir interés cuando el argumento se mueve en el mundo de los negocios.
Algunas veces sale bien cuando en la trama se introducen elementos como corrupción, peligro físico, conspiraciones o robo de información ("Conspiración en la red", "El informador"). Otras veces, falta eso e impera el aburrimiento ("Margin call", "The company men").
En "El poder del dinero", con un gran reparto han intentado hacer algo interesante como en el primer caso, y ni eso han podido conseguir, quedando algo bastante tedioso como en el segundo caso.
El reparto está muy desaprovechado, estando descaradamente como reclamo publicitario para engañar al respetable. Viendo que sale Gary Oldman y Harrison Ford ya tienen captada a una parte del público, de manera engañosa, pues apenas se lucen.
El argumento es sencillo y previsible. En esta historia de espionaje industrial, personalmente me esperaba todo lo que iba pasando, además de ser todo muy tópico. Los giros no sorprenden.
Cuando aparece la conspiración, las amenazas y el espionaje en sí, todo es demasiado flojo e incapaz de emocionar por su falta de fuerza. Ni siquiera se han molestado en acompañarla con una banda sonora que enfatice un poco lo que pasa en pantalla.
Es muy aburrida. Para colmo, cuando ya termina todo, aún le faltan varios minutos en los que no pasa absolutamente nada.
Por cierto, que Harrison Ford sale rapado, feo y muy envejecido. En el cartel le tapan astutamente la cabeza para que no veamos lo mal que sale.
Y vaya cambio de título. Se han lucido como solo saben hacerlo los distribuidores en España.
La verdad es que no merece la pena.