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Voto de Ciclocampista:
6
6,8
24.453
Drama. Romance. Ciencia ficción
Ian Gray, un estudiante de biología molecular especializado en la evolución del ojo humano, conoce a una misteriosa mujer cuyo iris es multicolor. Años después, su investigación lo lleva a hacer un descubrimiento asombroso, que podría cambiar la forma en que percibimos nuestra existencia. (FILMAFFINITY)
17 de enero de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una lástima, la ciencia que sale en la película está bien fundamentada, incluso en los diálogos el punto de vista del científico me parece bien representado. De repente, al final, toda esta buena ciencia patina y terminamos en pseudociencia y espiritualidad newage tonta.
Escribo directamente en el spoiler porque lo que quiero decir es totalmente spoiler. Avisados estáis.
Escribo directamente en el spoiler porque lo que quiero decir es totalmente spoiler. Avisados estáis.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El final estropea toda la lógica de personaje científico, que se vuelve irracional para acomodarse a la forzada conclusión del guión. En realidad ni siquiera hay prueba alguna de la reencarnación, y mira que era fácil forzarlo, que es una película; pero tal como se nos presenta, el científico pasa a la mala ciencia, a la pseudociencia.
La niña (qué bonita es, por cierto) no pasa los test, como los científico se dicen en un principio. La niña falla el reconocimiento de las imágenes y punto. Haber escogido a su mujer muerta está dentro de lo posible por azar, que como dice su mujer, está por debajo de lo esperable. Y el susto del ascensor puede ser simplemente miedo a que la abandone, porque ha fallado la prueba, de la que se mostraba muy preocupada: la niña no quiere que la devuelva a la calle porque no ha pasado el examen, no es que recuerde su muerte en otra vida en un ascensor.
La película se hace aquí irracional, tramposa, y pasa al terreno de la fe. Además están también algunos molestos momentos directamente mágicos de la película que no encajan: por qué hay ojos de distintas personas que coinciden, por qué ese momento con todos los números once que lo conducen hasta su amor, como un mensaje del universo o algo así.
Si al menos este giro a la fe lo pegase el científico, y no la película, podríamos tener un final inteligente: traumatizado y culpable por la muerte de su amor, racionaliza su necesidad emocional y traiciona su entrenamiento científico para caer en la pseudociencia y la fe. Terminaría así con el conflicto de la película, ciencia/fe.
Pierde la ciencia, gana la espiritualidad barata. Una pena, podría haber sido algo mucho más inteligente.
La niña (qué bonita es, por cierto) no pasa los test, como los científico se dicen en un principio. La niña falla el reconocimiento de las imágenes y punto. Haber escogido a su mujer muerta está dentro de lo posible por azar, que como dice su mujer, está por debajo de lo esperable. Y el susto del ascensor puede ser simplemente miedo a que la abandone, porque ha fallado la prueba, de la que se mostraba muy preocupada: la niña no quiere que la devuelva a la calle porque no ha pasado el examen, no es que recuerde su muerte en otra vida en un ascensor.
La película se hace aquí irracional, tramposa, y pasa al terreno de la fe. Además están también algunos molestos momentos directamente mágicos de la película que no encajan: por qué hay ojos de distintas personas que coinciden, por qué ese momento con todos los números once que lo conducen hasta su amor, como un mensaje del universo o algo así.
Si al menos este giro a la fe lo pegase el científico, y no la película, podríamos tener un final inteligente: traumatizado y culpable por la muerte de su amor, racionaliza su necesidad emocional y traiciona su entrenamiento científico para caer en la pseudociencia y la fe. Terminaría así con el conflicto de la película, ciencia/fe.
Pierde la ciencia, gana la espiritualidad barata. Una pena, podría haber sido algo mucho más inteligente.