Casi famosos cuenta, mezclando realidad y ficción. la historia de su director y guionista (Cameron Crowe) en su etapa en la revista Rolling Stone. Con inagotables referencias a los grupos de los 70 y también de los 60, se convierte en una gozada para melómanos y admiradores de la cultura rock de aquel momento.

Cameron Crowe dirige una de sus mejores películas. El hecho de poder basarse en sus propias vivencias para escribir el guión hace que la naturalidad de la película sea asombrosa. Crowe imprime, además, un ritmo frenético a la dirección, apoyado en unos personajes no demasiado profundos pero perfectamente construidos y que se complementan a la perfección. Sin que lo que se nos cuenta tenga un interés grande, más allá del fondo moralista, Casi famosos logra que el espectador vea con facilidad lo que nos cuenta, desde lo más profundo hasta lo irrelevante, que siempre sabe echar mano de algún gag o de un guiño sentimentalista para mantener la atención.

Odio a Kate Hudson. De verdad. Juro que no puedo con esa mujer. Me jode que cobre por hacer películas casi tanto como me jode lo de Michelle Rodríguez. Pero, oye, al César, lo que es del César. Su trabajo aquí es fabuloso. Con un personaje que evoluciona por situación más interiormente que de forma externa, Hudson hace un trabajo buenísimo con eso, y logra que, cuando su personaje da el salto definitivo, lo veamos muy real. Soberbio el jóven Patrick Fugit, protagonista de la película y capacitado para cargar con el personaje con más peso dramático y el más completo. Bien en los trozos cómicos, muy creíble en los románticos y espectacular en el amor por su trabajo que es la base de todo lo que le sucede. Billy Crudup, por su parte, mantiene el fantástico nivel actoral del reparto con un trabajo soberbio que implica mucha dificultad a nivel de expresión facial y comunicación no verbal. Frances McDormand pues, como siempre, se sale. Es impresionante lo natural que es esa mujer. Jason Lee, acertadísimo en el que es, probablemente, el personaje menos interesante de la película. Una pena que la hermosa y talentosa Zooey Deschanel no salga mucho tiempo. Mención especial para el gran Philip Seymour Hoffman, a un nivel estratosférico, como siempre.

Resumiendo, que es gerundio: Casi famosos no es la leche como película. En cambio, sí es de esas que dejan escenas para el recuerdo. La gran libertad para trabajar que tiene aquí Cameron Crowe es posiblemente la clave de que la película sea redonda. El nivel del reparto es altísimo, también. No obstante, su mayor éxito es que no aspira a ser una gran película, y es ahí donde realmente triunfa.