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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
2
Terror Basada en un suceso real. El 14 de noviembre de 1974 en Long Island, Nueva York, la policía recibió una escalofriante llamada telefónica que les condujo a una espantosa escena de un crimen en una residencia en Amityville. Una familia había sido asesinada en sus propias camas. En los siguientes días, Ronald Defeo confesó que él mismo había disparado a sus padres mientras dormían, culpando a unas voces que le decían que debía matarlos. Un ... [+]
8 de agosto de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La morada del miedo. Ese es el nombre que eligieron para el remake de Terror en Amityville una panda de incompetentes que, después de tomar la decisión de reconstruir un clásico (algo que no me molesta pese a la soberbia que demuestra), decidieron presentar un producto abominable en lo que, supongo, debió de parecerlas que iba a ser una gran revisión con otra perspectiva.

Andrew Douglas dirige su primer trabajo para la gran pantalla. El buen hombre debió pensar que tenía ante sí la oportunidad de abrirse hueco en la industria y quiso causar buena impresión. Como lo que se lleva es el terror asiático, Douglas nos presenta el horror visto desde el sobresalto puro y duro y se olvida por completo de la historia que está contando. Scott Kosar se encarga del guion y enfoca el remake como algo libre, cosa muy respetable, pero que se convierte en un riesgo absurdo cuando te enfrentas a la revisión de un clásico imperecedero, un referente del cine de terror. En esta ocasión, Kosar no está a la altura y su particular punto de vista se convierte en una neblina en la que no se distingue del todo cuál es la forma que quiere dar a su historia. Cuando juntamos la pobre historia de Kosar con el temerario enfoque de Douglas, nos encontramos con un producto torpe, ingenuo y decepcionante, que fracasa como película pero que hace un ridículo espantoso como remake de un clásico.

Ryan Reynolds protagoniza la película y lo hace empleándose a fondo para imprimar a su personaje la intensidad de la que carece en la película a todos los niveles. Reynolds se esfuerza y en el último tramo (un tramo con un ritmo frenético en el que se suceden los sinsentidos) casi consigue imponerse a ese escupitajo sobre el lienzo que es su personaje. Melissa George, que sí tiene en algún momento algún gramo de carga dramática sobre sus hombros, nos brinda un trabajo interesante, aunque con algunas fisuras. El trío de hijos lo forman Jesse James (qué cachondos los padres), bastante repelente por momentos aunque remonte el vuelo en algún que otro sector; Chloë Grace Moretz, que aquí no deja de ser la típica niña actriz de estas películas (aunque a día de hoy, pese a su juventud, ya es una muy notable actriz), llega al aprobado, aunque le debe mucho al hecho de que, en cierto modo, un buen trozo de la parte "terrorífica" de La morada del miedo gira en torno a ella y, por último, tenemos a un Jimmy Bennett que solamente tiene una escena en la que acapara plano y que fue elegido, probablemente, por su apariencia física y no por su talento.

Resumiendo, que es gerundio: los remakes son lícitos y siempre aportan algo positivo: otra visión. Que esa nueva visión sea más o menos del gusto del espectador ya es otra cosa. Y si no gusta al espectador y, además, hablamos de una cantidad importante de audiencia dada la importancia de la película original y de su historia, es obvio que se han hecho cosas mal. Muchas. A mí, en este caso, La morada del miedo me parece una muy mala película, pero eso es (hasta cierto punto) subjetivo; lo que no lo es, es el hecho consumado de que es un rematadamente equivocado remake. Podía hacerse exactamente la misma película sin bautizarla como remake de Terror en Amityville.
Grijander
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