Sbaraglia logra transmitir la tensión de sus celos, partiendo de un sargento tranquilo sin problemas aparentes, que por culpa del destino (que ella entre todos se fijara en el único que no le prestó atención a Carmen) terminada degradado a soldado y consecutivamente convirtiéndose en asesino y prófugo de la justicia, simplemente porque enloqueció por una mujer, cosa que sucedió, sucede y seguirá sucediendo eternamente. Con respecto a la actuación de Paz, critico sin inmiscuirme en su carrera, sino en su papel en esta obra. La imagen que me muestra de Carmen es la de una mujer de pocos escrúpulos, una embaucadora de rasgos imperfectos pero que a su vez no deja de ser guapa, es simplemente una mujer que sabe utilizar su mejor arma; "la seducción". Esta personalidad de Carmen se va captando progresivamente, en el como va marcando su verdadera personalidad, primero con la cuchillada en el rostro de la compañera de trabajo y luego engañando con banas promesas y a su vez amenazando con serle infiel para luego cumplir tal ruindad. En cambio "El Granadino" termina loco perdido, de celos pero sobre todo de lo vil que es Carmen y de que no puede dejar de quererla. Impresionante la escena del torero, con el cañonazo en el rostro o la escena final donde la acuchilla, no por la violencia, si no por el dramatismo que alcanza la vida del personaje.

Si hay algo clave que saco de esta obra maestra; "Es de que se puede pasar de rey a mendigo en un segundo" y esto es justo lo que le pasa al desdichado protagonista.